MIAMI, Estados Unidos. – La pandemia del coronavirus ha puesto a la comunidad científica internacional en función de hallar una cura efectiva contra la COVID-19, enfermedad provocada por el patógeno.
Desde que estallara el brote en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, se han llevado a cabo varias investigaciones para modelar posibles vacunas y tratamientos efectivos que ayuden a contener la crisis sanitaria a nivel mundial.
Aunque todavía no hay medicamento disponible para curar la enfermedad, existen varios fármacos podrían ofrecer buenos resultados.
Remdesivir
Se trata de un antirretroviral de amplio espectro desarrollado por Gilead tras más de 10 años de investigación, que ha demostrado actividad in vitro e in vivo en modelos animales contras múltiples patógenos virales emergentes incluyendo Ébola, Marburg, MERS y SARS1. Estos dos últimos son también coronavirus y tienen estructuras similares al virus que causa Covid-19. Los datos preclínicos de Remdesivir en MERS and SARS indican que puede tener actividad contra la COVID-19.
Hidroxicloroquina
La Hidroxicloroquina es un principio activo antimalárico o antipalúdico que se vende con los nombres comerciales Plaquenil, Axemal (en la India), Dolquine, Ilinol y Quensyl. También, se utiliza para reducir la inflamación en el tratamiento de la artritis reumatoide y del lupus.
Se trata del esquema que mayores esperanzas despiertas, entre otros motivos por ser económico, de fácil y rápida producción y actúa por diversos mecanismos de acción.
Está presente en distintos protocolos de investigación, y los reportes de casos de distintos profesionales se multiplican a diario, observándose los mejores resultados en pacientes en etapa temprana.
Lopinavir y Ritonavir
La combinación de Lopinavir y Ritonavir se utiliza con otros medicamentos para tratar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Lopinavir y Ritonavir están en una clase de medicamentos llamados inhibidores de la proteasa. Trabaja al disminuir la cantidad de VIH en la sangre.
Esta combinación ya fue probada en China, pero con resultados mitigados, sobre todo porque muchos enfermos “fueron incluidos muy tardíamente, incluso a veces después del décimo día de la enfermedad”, según Lina. El ensayo Discovery será pues “complementario”.
Ivermectina
Un grupo de investigadores australianos de la Universidad de Monash ha descubierto que la ivermectina, un antiparasitario que se usa especialmente en el ganado, podría ser un inhibidor del coronavirus, al que empieza a reducir tan solo dos horas después del comienzo del tratamiento y elimina de manera efectiva en dos días. El hecho, publicado en la revista Science Direct, aún ha de ser probado en humanos, pero supone un avance en la lucha contra la enfermedad.
De acuerdo con el comunicado de la Universidad de Monash, la ivermectina ayudaría a las células huésped, las que acogen el virus, a eliminarlo con tan solo una dosis. Esa es la clave en este momento, la búsqueda de la dosis correcta para poder eliminar el coronavirus. Así, la universidad pide más fondos para poder seguir con la investigación y hallar la cantidad exacta para un tratamiento que todavía está lejos.
Anticuerpos monoclonales
Representan una línea de tratamiento diferente a los antirretrovirales y medicamentos contra la gripe que también surgieron como posibles defensas contra la enfermedad.
Los anticuerpos monoclonales, copias producidas en laboratorio de un solo tipo de anticuerpo, constituyen una forma de inmunoterapia. Acompañan a ciertas proteínas en un virus, neutralizando la capacidad del patógeno para infectar células humanas.
En 2019, el REGN-EB3 de Regeneron, un cóctel de tres anticuerpos monoclonales, demostró aumentar significativamente las tasas de supervivencia entre los pacientes con ébola en la República Democrática del Congo.
Terapia basada en plasma
Las farmacéuticas Biotest, BPL, LFB y Octapharma formaron una alianza creada por CSL Behring y Takeda Pharmaceutical Company Limited para desarrollar una posible terapia derivada del plasma para tratar el COVID-19. La alianza comenzará de inmediato con la investigación en desarrollo de un medicamento de inmunoglobulina hiperinmune policlonal anti-SARS-CoV-2 sin marca con la posibilidad de tratar a las personas con complicaciones graves a causa de coronavirus.
El desarrollo de la hiperinmunidad requerirá la donación de plasma de muchas personas que se hayan recuperado completamente del COVID-19 y cuya sangre contenga anticuerpos que puedan combatir el coronavirus de un nuevo paciente. Una vez recolectado, el plasma “convaleciente” será transportado a las instalaciones de fabricación donde se someterá a un procesamiento patentado, que incluirá procesos efectivos de inactivación y eliminación del virus, y luego se purificará en el producto.
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