LA HABANA, Cuba. – El señor Oscar Sánchez Serra, subdirector del periódico Granma, alterna su labor de dirección en el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC) con la de articulista de temas deportivos, en especial el béisbol.
En la ocasión que nos ocupa, el periodista aborda el tema de la posible conformación de un equipo nacional unificado con peloteros que juegan en otras ligas, y asevera: “No conozco que exista un sentimiento en el país que desconozca las faenas, muchas de ellas extraordinarias, y algunas excepcionales, en cualquier certamen del planeta, incluyendo a la encumbrada MLB estadounidense, de los jugadores de la Mayor de las Antillas”.
Habría que recordarle al articulista que es precisamente lo contrario de lo que él afirma lo que ha signado el trato brindado por el oficialismo a los peloteros cubanos que han jugado en otras ligas, en especial la MLB.
A partir de que Fidel Castro calificara de “pelota esclava” a la liga profesional cubana a inicios de los años sesenta, la prensa controlada por el gobierno sumió en el olvido total a los peloteros profesionales, que debieron abandonar la Isla para continuar sus carreras deportivas en otras naciones. Así, los aficionados cubanos se vieron privados de seguir las faenas en las Grandes Ligas de Camilo Pascual, Pedro Ramos, Miguel Cuéllar, Zoilo Versalles y otros tantos que habían militado en las novenas del Almendares, Habana, Cienfuegos y Marianao.
El desconocimiento oficialista continuó y jugadores cubanos que brillaron posteriormente, como Tony Oliva, José Canseco y Rafael Palmeiro fueron prácticamente desconocidos por la afición de la Isla. Y los primeros peloteros que abandonaron las Series Nacionales cubanas para incursionar en la Gran Carpa, como René Arocha, Rolando Arrojo y José Ariel Contreras, recibieron el repudio de los gobernantes y las autoridades deportivas.
Casi hay consenso de que semejante olvido oficialista y mediático ha incidido en la pérdida de popularidad que ha sufrido el béisbol, nuestro deporte nacional, específicamente entre la juventud. Porque con tal de silenciar la labor de nuestros peloteros que se desempeñaban en el exterior, la televisión cubana ha atiborrado su programación con fútbol internacional, creando una preferencia artificial hacia ese deporte. Sí, porque, ¿quién ha visto un país donde los aficionados conozcan las nóminas completas de los principales clubes internacionales, y en cambio sean incapaces de mencionar el nombre de algún futbolista cubano?
Sería conveniente preguntarle al señor Sánchez Serra -él, que parece que todo lo sabe- por qué la televisión ha dejado de transmitir algún que otro partido de las Grandes Ligas en el espacio Béisbol Internacional que se transmite los domingos en la noche. Ahora solo podemos disfrutar de juegos de las ligas nicaragüense, mexicana y venezolana.
En el artículo que citamos, Sánchez Serra, en aras de insistir en la calidad de los jugadores cubanos que ahora se desempeñan en las Grandes Ligas, ofrece algunas cifras de las actuaciones de José Dariel Abreu, Luis Robert y Yuli Gurriel. Pues bien, señor subdirector, si usted no lo hubiese traído a colación, muchos cubanos de a pie no se hubieran enterado, ya que ni su periódico ni ningún otro medio oficialista han dicho ni media palabra al respecto.
Y para colmo, informaciones recientes indican que las autoridades del béisbol cubano solo tendrán en cuenta a aquellos peloteros “que no hayan hablado mal de Cuba”. Comoquiera que el castrismo se siente dueño de la cubanía, la expresión anterior la asumen como hablar mal del gobierno.
¿Asistiremos acaso a una extrapolación de aquella sentencia de la educación superior, y tendremos una pelota solo para los revolucionarios?
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