MIAMI, Florida, 9 de mayo (Agencias, 173.203.82.38) – Un grupo de legisladores cubanoamericanos exigió el martes una reunión urgente con el presidente de IKEA en Norteamérica para tratar los recientes reportes de un periódico alemán que indican que la compañía sueca utilizó presos en la isla para hacer muebles en la década de los años 80, mientras que un periodista de origen cubano admitió haber participado en las negociaciones.
“Es responsabilidad de cada compañía asegurar que sus productos y sus componentes respectivos provienen de fuentes responsables de mano de obra”, escribieron los dos senadores y cuatro representantes en carta a Mike Ward, presidente de IKEA North America Services, LLC, con sede en Pennsylvania, de acuerdo con un artículo publicado por El Nuevo Herald.
“Ciertamente, no deberían provenir de las tenebrosas prisiones de regímenes autoritarios que reprimen a su propia población, entre otras cosas negándole los derechos elementales de los trabajadores”, añadieron los legisladores.
Por su parte, Boris Santa Coloma, un periodista de origen cubano radicado en Berlín, aseguró que había participado de forma indirecta a finales de los años 80 en el contacto de empresas de Alemania Oriental con una empresa en Cuba, para lograr la participación de presos cubanos en la fabricación de muebles IKEA.
De acuerdo con un reporte de la cadena Univision que reproduce Cubaencuentro, Santa Coloma, quien fue el Agregado de Prensa de la Embajada Cubana en Berlín Oriental, capital de la RDA, atendió a representantes de la empresa Delta Import and Export y los puso en contacto con el director en Berlín de CIMEX, el organismo que entonces amparaba a todas las empresas de Cuba que hacían negocios en el extranjero.
“Atendí a unos representantes de Delta Import and Export que habían tratando de conversar con el Agregado Comercial de la Embajada, pero debido al ‘desorden cubano’ no lo habían logrado”, manifestó el periodista durante el programa radial “Ahora con Oscar Haza”.
A raíz de estos contactos, asegura Santa Coloma, una delegación de Delta viajó a La Habana, “acompañados de unos representantes del Comercio de Artes y Antigüedades KuA, para completar las negociaciones”, con la empresa cubana EMIAT, dirigida por Enrique Sánchez, Teniente del MININT y vinculado al CIMEX, organismo también relacionado con los centros penitenciarios cubanos.
La carta enviada al presidente de IKEA en Norteamérica estaba firmada por los senadores Marco Rubio, republicano de la Florida, y Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, así como por los representantes Albio Sires, demócrata por Nueva Jersey, y los republicanos del sur de la Florida Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y David Rivera.
“Queremos saber las circunstancias exactas que llevaron a IKEA a entrar en acuerdo con la dictadura castrista para construir algunos de sus muebles en Cuba”, afirmó un comunicado dado a conocer por la oficina de Ros-Lehtinen con motivo del envío de la carta.
La misiva expresó que los seis miembros del Congreso querían la reunión “urgente” para discutir “informes recientes que alegan que IKEA se ha beneficiado o ha buscado beneficiarse a sabiendas del uso de mano de obra penitenciaria cubana para manufacturar sus productos”.
La portavoz de IKEA, Mona Liss, declaró que un alto directivo de las oficinas centrales de la compañía en Suecia se reuniría con los legisladores “muy pronto”.
El periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung reportó la semana pasada que la compañía de muebles y artículos para el hogar había cerrado un contrato para que presos cubanos hicieran 45,000 mesas y 4,000 juegos de sofás en septiembre de 1987.