LA HABANA, Cuba. – Establecimientos vacíos, locales cerrados, calles desoladas: ese es el panorama de los sitios que antes de la pandemia estaban concurridos por turistas. La falta de visitantes extranjeros, debido a las restricciones para viajar derivadas de la COVID-19, continúa asestando un duro golpe al sector turístico, una de las principales fuentes de divisas del régimen cubano.
Según datos publicados esta semana por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, hasta el mes de marzo de 2021 solamente habían llegado a Cuba 79 913 viajeros internacionales, una cifra categóricamente baja si se compara con la cantidad de visitantes (1 230 934) que arribaron en el mismo periodo de tiempo del pasado año.
El régimen cubano mantiene restringidos los vuelos internacionales, sobre todo desde el último rebrote del coronavirus, cuyas cifras continúan alcanzando niveles alarmantes en la Isla.
Ante el déficit de visitantes del exterior, trabajadores estatales y privados que ofrecían servicios al sector turístico han tenido que replantearse nuevas formas de trabajo para no verse obligados a cerrar las puertas de sus negocios.
En el caso de los hoteles de la capital, el régimen optó por iniciar la venta de alimentos a nacionales, una medida alternativa condicionada por la falta de turistas, aunque se mantienen precios poco asequibles para el bolsillo de los cubanos.
“Por ejemplo, La Vitrola era un lugar para turistas, pero hoy está totalmente vacío. Ahí ofertan cosas pero a precios de turismo, no como para nosotros los cubanos, porque es imposible que uno pueda pagar por un pan con lechón 80 o 100 pesos, ni por un plato de comida 200 o 300 pesos”, lamentó Jacqueline, residente en La Habana Vieja.
Para esta cubana, la ciudad histórica parece no tener vida desde que los turistas dejaron de llegar. “La Habana parece estar muerta, todo está desolado, opaco (…). Esta zona sin yumas (turistas) no es nada”, señaló la mujer.
Pese a las circunstancias, establecimientos privados han optado por mantener sus puertas abiertas a clientes nacionales, solo para mantenerse en el mercado.
“La mayoría de los días no ganamos nada pero eso no es lo importante, lo fundamental es mantenernos en el mercado para cuando puedan entrar turistas. A pesar de que no hay turismo, hay muchos lugares nuevos que se están preparando para abrir y nosotros tenemos que estar aquí listos para cuando lleguen nuestros clientes. Es una tarea difícil pero hay que resistir”, explicó bajo condición de anonimato el dueño de un pequeño restaurante ubicado en La Habana Vieja.
Yaima, otra de las residentes en la zona, considera que la falta de turistas está afectando a todos los residentes de los alrededores del casco histórico, quienes, según alega, se sustentan económicamente gracias al turismo.
“Cuando hay yumas aquí todo el mundo busca su plata (dinero). Lo mismo les vendes tabaco, que ron, que les buscas cualquier cosa dependiendo de lo que ellos quieran. Ahora lo que estás viendo habla por sí solo: todo está vacío, no hay nada, no hay de donde sacar un peso y todo está carísimo”, concluyó.
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