MIAMI, Estados Unidos.- El Consejo para la Transición Democrática en Cuba denunció este jueves en un comunicado que el régimen cubano siguió el modelo yugoslavo y convocó “a una potencial masacre, dura represión contra ciudadanos desarmados, rearme ilegal de turbas paramilitares y razias nocturnas para detener a manifestantes, en su mayoría jóvenes”, ante los sucesos del pasado 11 de julio, cuando tuvieron lugar “las mayores protestas jamás ocurridas en toda la historia de Cuba por su origen, extensión, masividad, profundidad y demandas”.
En el texto, el Consejo lamentó que las palabras de Miguel Díaz-Canel no hayan sido criticadas por las más altas instancias de las Naciones Unidas, empezando por su Consejo de Derechos Humanos, lo que revela “las debilidades de una organización global que no acaba de entender que la única garantía de paz entre los Estados radica en la paz al interior de los Estados”.
“Que la llamada al combate no haya desembocado en un generalizado baño de sangre demuestra que existen en algún punto de la cadena de mando hombres y mujeres con sentido de responsabilidad. Nunca la necesidad de elecciones libres, pluralistas, democráticas y justas ha tenido más pertinencia en Cuba. Elegir a hombres y mujeres capaces, con visión de Estado, es un imperativo de seguridad nacional, reza el comunicado.
En el documento se denuncia, de acuerdo a datos preliminares, la detención en Cuba de más de 5000 personas sin atender al debido proceso, entre las que se encuentran José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba y Presidente del Consejo para la Transición Democrática (CTDC), su hijo José Daniel Ferrer Cantillo, ambos ya en huelga de hambre, Félix Navarro Rodríguez y Enix Berrio Sardá, vicepresidentes del CTDC, este último en paradero desconocido, así como Guillermo Fariñas, Camila Acosta, Henry Constantin, Maikel González Vivero, Marisol Peña Cobos, Denis Reyes, y otros muchos que siguen detenidos cuya situación no es desconocida.
El CTDC llama la atención sobre estas detenciones, que “pretenden ampararse en supuestos delitos de desorden público, lo que cumple el propósito político de torcer la sorpresiva naturaleza pacífica, civilista y política de las manifestaciones en más de 50 ciudades y pueblos de Cuba. Es cierto que ha habido actos vandálicos contra la policía y contra comercios, expresiones de rabia contra el abuso y la discriminación alimentaria, pero estos fueron solo una gota amplificada por conveniencia política, por el sensacionalismo de los medios y por la explotación sesgada de percepciones racistas que intentan la criminalización racial de la protesta”, agregan.
“El CTDC no se identifica ni respalda, en cualquier caso, el vandalismo ni la violencia sociales como modo de protesta. Equiparar y reducir, sin embargo, la madurez cívica de las jornadas del 11 de julio con los actos de bandidaje ocurridos equivale a deslegitimar las protestas ocurridas en Estados Unidos, Chile o Colombia por la espiral de violencias sociales que le acompañaron”.
“El 11 de julio fue una protesta de la libertad, no una protesta del hambre, en cuyo último caso no habrían quedado intactos muchos establecimientos a lo largo del país. Con los manifestantes pacíficos por la libertad se identifica el CTDC, que están protegidos por el artículo 56 de la Constitución. El CTDC pide para ellos la inmediata liberación y establecerá una red de apoyo para sus familiares con el fin de buscarles asesoría jurídica y visibilidad nacional e internacional. Las familias y los ciudadanos que quieran dar a conocer casos y buscar protección legal pueden comunicarse con el Consejo a través de: consejotransicion11j@gmail.com o los WattsApp +5354485695 /+34639338982”, finaliza el comunicado.
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