LA HABANA, Cuba, 21 de enero (Moisés Leonardo Rodríguez, 173.203.82.38) – Desde que llegó al poblado, el 13 de enero, el barco La Perla Negra acapara la atención de los alrededor de los 10 mil habitantes de Cabañas, en el municipio Mariel, de la nueva provincia Artemisa.
La “embarcación” no está fondeada en la bahía bordeada por el pueblo, sino al lado del parque central del mismo. Se trata de un rudimentario artefacto, construido artesanalmente, que permite a una docena de personas a la vez experimentar el balanceo de un lado a otro y el vértigo durante la caída libre. El artefacto infunde temor, no por lo arriesgado de sus movimientos, sino por la precariedad de su construcción, que hace pensar que el traste se desarmará en cualquier momento.
Forma parte de un pequeño parque de diversiones privado, que opera con autorización estatal, y que cuenta con éste y otros aparatos, de igual aspecto improvisado.
A un costo de 5 pesos moneda nacional, y a falta de otras opciones de entretenimiento, los más atrevidos, sobre todo jóvenes audaces y niños inocentes, pueden arriesgar sus vidas y disfrutar durante cinco minutos el zarandeo de estos armatostes tercermundistas.