LA HABANA, Cuba. – Los testimonios sobre la violencia desatada por parte de los agentes del régimen contra las personas que se manifestaron el pasado 11 de julio (11J) son tantos, que muchos aún permanecen desconocidos. Es el caso de Eglis Brioso Marén, músico y miembro del Movimiento de Opositores por una Nueva República (MONR), a quien le conocen popularmente como “Coco el Cimarrón”.
El 11J, los agentes de la Policía, maltrataron física y verbalmente a Eglis. Le dijeron: “Tú eres un gusano, un contrarrevolucionario, un negro maldito”, recuerda en entrevista con CubaNet.
Cuando lo llevaron a la estación de policías de Santiago de Las Vegas, a pesar de que no se resistió al arresto, le halaron los brazos hacia atrás, esposado, y lo obligaron a mantenerse en la posición conocida como “carretilla”.
“Cuando abrieron la celda para meterme dentro me levantaron más las manos, tanto que casi podía sentir que me las partían. El que ha pasado por eso sabe lo que se siente, y en ese momento me metieron contra el piso y empezaron los golpes y las ofensas”.
“El 11 de julio yo estaba trabajando tranquilo en mi casa [en el barrio Villanueva de Santiago de Las Vegas] y de repente empecé a sentir la euforia que expulsaba el reparto. Al momento llegaron a mi casa la delegada y otros [funcionarios comunistas] más y empezaron a presionarme para que me quedara tranquilo. Eso me alteró y armé una cruz, la pinté y salí para la calle a manifestarme”, rememora.
Según confiesa, después de su liberación por los sucesos del 11J empezó su “verdadera odisea”, pues la presión del jefe de sector de la zona donde vive y los agentes de la Seguridad del Estado se incrementó.
“Las citaciones aumentaron, la persecución, la vigilancia, cada vez que salgo de mi casa hay un agente en la esquina y eso hace que se me haga más difícil la vida porque el cubano tiene que inventarla para vivir. Llega un momento que el desespero es tan grande que no sabes qué hacer”.
El pasado 10 de septiembre, por ejemplo, cuando salía de la sede nacional del MONR, en Boyeros, agentes del régimen lo detuvieron y mantuvieron dentro de una patrulla, bajo el sol, por más de hora y media.
Sobre su labor como músico, dice que tiene muchas canciones pero que nadie lo graba. “Cuando ven en las redes sociales quién soy, me dicen que no. Pero no me arrepiento porque mi lucha es por Cuba, por el país donde nací, y si tengo que entregar mi vida por mi lucha estoy dispuesto a morir 50 veces”, termina.
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