LAS TUNAS, Cuba. — Este jueves, a falta de tres días para el desfile del Primero de Mayo, las panaderías en Puerto Padre amanecieron cerradas, como cerrado permanece también el portón del almacén municipal de la industria alimenticia esta mañana.
“No hay harina”, dice un rótulo escrito con tiza sobre el cristal de una de las ventanas de la panadería La Plaza, mientras en la ventana de al lado cuelga una bandera cubana con un cartel alegórico a la fecha que dice “Cuba vive y trabaja”.
Hoy, en Puerto Padre, cientos de personas, incluidos niños y ancianos, no tuvieron pan para desayunar. Como tantas panaderías, La Plaza permaneció casi todo el día cerrada porque no había harina.
Al cruzar la calle, en la “Plaza de la Revolución”, trabajadores y directivos de Salud, Educación, Comercio y de otras instituciones oficiales, con banderas y banderolas, discursos y consignas, carteles y cartelones, se preparan para celebrar el Día de los Trabajadores, compitiendo entre ellos, para mostrar sus habilidades histriónicas en el desfile.
Mientras un profesor modelaba una clase histórico-política junto a una palma real, al otro lado de la plaza, bajo un almendro, trabajadores de la salud ejercitaban su coreografía a pocos pasos de empleados de la dirección de Comercio, quienes, a la sombra de un roble y agitando sus banderas, ripostaban alegremente a médicos y paramédicos diciendo: “sin Comercio no hay programa materno”, en alusión a los productos racionados y por ellos distribuidos a madres con niños pequeños.
Una palma, un almendro y un roble sembrados en una plaza pública, servían de cobija a estos comediantes mientras en el campo cubano no hay suficientes brazos para terminar con el marabú, que cada día invade más tierra arable. Ni hablar de los mercados, donde los productos agropecuarios son escasos y escandalosamente caros.
¿Todos a la Plaza?
Pese a la crisis que se vive en Cuba —sin alimentos y con un éxodo masivo casi sin precedentes— nadie debe asombrarse si el Primero de Mayo ve cientos de personas desfilando.
Supe por un empleado estatal que, para “corroborar” la asistencia de los trabajadores a los actos oficiales, ya las administraciones, a través de los sindicatos oficialistas, están entrevistando e incluso visitando a los trabajadores en sus casas, en un acto de coerción manifiesta.
Luego, no asombra que, sin haber desayunado hoy, ya en Puerto Padre haya empleados del Estado preparándose para “celebrar” el Día de los Trabajadores. Es probable que hasta exempleados y exdirectivos gubernamentales radicados fuera de la Isla sientan nostalgia por los desfiles castristas por el Primero de Mayo. A ver si les da por celebrarlo en Miami.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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