MIAMI, Estados Unidos. — Este 16 de agosto se cumplen 97 años de la fundación del primer Partido Comunista de Cuba, una organización creada en 1925 y que ya desde entonces buscaba conectar a la Isla con los postulados del marxismo-leninismo.
El primer Partido Comunista de Cuba fue una fuerza política de orientación marxista que, de acuerdo con la historiografía castrista, representaba los intereses de la clase obrera y sectores populares de la Isla.
Las referencias históricas oficiales catalogan a ese primer Partido Comunista como sucesor del Partido Revolucionario Cubano (PRC) creado por José Martí en 1892, un relato que se sustenta en la militancia en ambas organizaciones de Carlos Baliño.
Fue el propio Baliño quien, en su condición de delegado de mayor edad, recibió las credenciales del Primer Congreso Nacional de las Agrupaciones Comunistas de la Isla de Cuba, desarrollada el 16 de agosto de 1925 en una vieja casa de la calle Calzada, en el barrio habanero del Vedado.
Entre los fundadores de aquel primer Partido Comunista de Cuba estuvieron el líder estudiantil Julio Antonio Mella y el maestro canario José Miguel Pérez, primer secretario general de la organización.
Reseñas bibliográficas sostienen que muchos delegados que participaron en aquel mitin fundacional no eran marxistas formados ni amplios conocedores del socialismo científico, sino “comunistas de corazón” que “anhelaban la redención de la clase obrera y el pueblo cubanos”.
De acuerdo con la historiografía castrista, la principal misión de aquellos fundadores fue crear el primer Partido Comunista de Cuba y afiliarlo a la Tercera Internacional, fundada por Vladimir I. Lenin seis años antes, en 1919.
El primer Partido Comunista se mantuvo por décadas sumido en la clandestinidad, hecho que el castrismo ha intentado justificar con la represión desatada contra esa organización por las sucesivas administraciones de la República.
Aquella primera fuerza política comunista, que encabezada durante varios años por Blas Roca, debió cambiar de nombre en varias ocasiones (Partido Unión Revolucionaria Comunista / Partido Socialista Popular) para maquillar la influencia del marxismo-leninismo en su programa político. Pese a la persecución contra muchos de sus activistas, las ideas socialistas tampoco calaron demasiado en la sociedad cubana republicana.
Tras el triunfo rebelde de 1959, el entonces Partido Socialista Popular se integra en 1961 a las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y un año después se fusiona con el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo para formar el posteriormente denominado Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURS), declarado como partido único en aquella época.
Sin embargo, fue el propio castrismo el que, acusando de sectarismo a varios integrantes de las Organizaciones Revolucionarias Integradas, disuelve esa fuerza política, dejando el terreno listo para la creación, en 1965, del Partido Comunista de Cuba (PCC).
La bibliografía oficialista señala que algunos de los veteranos militantes comunistas del antiguo PSP, “arrastrados por el ingrato papel que la Unión Soviética impuso al Comandante Fidel Castro durante la Crisis de octubre”, quedaron severamente desprestigiado, pasando a convertirse en cadáveres políticos dentro de la Isla.
Pese a que fue el propio régimen de Fidel Castro el que terminó por liquidar lo que fue el primer Partido Comunista de Cuba, el castrismo siempre ha tomado aquella fuerza política como elemento de conexión simbólica entre el PCC actual y el Partido Revolucionario de Cuba fundado por José Martí.
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