MIAMI, Estados Unidos.- Los recientes llamados del dictador venezolano Nicolás Maduro de recuperar antes de que termine el año los servicios básicos en el país no parecen haber llegado a buen puerto, ya que el problema es estructural, “cuyas bases están sentadas en la falta de mantenimiento y de inversión canalizada para la modernización de sistemas antiguos y deteriorados”.
Según una nota este jueves en Infobae, cualquier solución al problema de los venezolanos con el agua, la electricidad y la internet debe responder a un plan que no solo resuelva las crisis momentáneas.
Es por ello que la promesa de Maduro resonó como una de las tantas excusas provenientes de Miraflores que los venezolanos están cansados de escuchar. Actualmente el país enfrenta una crisis en el suministro de agua, electricidad y gas, así como en las telecomunicaciones.
De acuerdo al monitoreo de la inversión en servicios básicos de la ONG Cedice, en el último semestre de 2022, la brecha entre inversiones presupuestadas y ejecutadas para estas áreas son relativamente bajas, pero el verdadero problema es la dirección de esas inversiones, dice la nota.
Los datos revelados por Infobae reflejan que, al menos durante julio de 2022, el gasto en Venezuela se ha perfilado hacia la “corrección de incidencias” y, en servicios como la electricidad, “apenas el 5 % de las inversiones están dirigidas a mejorar los índices de cobertura, calidad y continuidad en el suministro”.
El coordinador del monitor de servicios públicos de Cedice, Raúl Córdoba, dijo a la agencia de noticias EFE que había muy pocas opciones de que en los meses que restan hasta final de año se pueda conseguir que la promesa de Maduro se cumpla.
“Hay un trabajo que hacer que yo creo que, en cuatro meses, cinco meses, no se va a lograr del todo; sin embargo, de aquí a diciembre sí se perfila una mejora muy tenue (…) porque se espera que haya alguna mejoría dada la apertura comercial que está teniendo el país”, explicó.
Sin embargo, aunque algunos datos muestran un leve cambio positivo, en la práctica, “los especialistas advierten que poner el foco solo en la continuidad de los servicios, obviando o dejando atrás indicadores como la calidad o el nivel de cobertura, hará insostenible cualquier avance”, señala el texto.
“Nosotros nos sentimos como olvidados”, dijo Augusto Domínguez, líder comunitario de Colinas de La Trinidad, una zona acomodada al este de Caracas.
Según contó Domínguez, refleja Infobae, los vecinos de su zona contaron no hace mucho 1 000 días continuos sin agua. Durante todo ese tiempo reclamaron activamente con pancartas, en redes sociales, con protestas, con cartas y con llamados que no fueron escuchados. El agua, finalmente, volvió un día cualquiera pero nunca con la fuerza necesaria para subir hasta los hogares de clase media.
El texto de Infobae revela que Domínguez, como tantos otros ciudadanos, se adaptó a que su teléfono no tenga señal, a que por sus tuberías no salga agua, a que las calles estén oscuras, y a que no funcione el servicio de internet”.
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