LA HABANA, Cuba.- El pasado lunes 8 de agosto, en lo que fue calificado por la prensa oficialista cubana como “un esperado suceso cultural”, fue inaugurada en el Vedado habanero la librería Tuxpan, perteneciente al Fondo de Cultura Económica de México.
El director de ese grupo editorial, y por tanto uno de los impulsores del proyecto que cristalizó con la apertura de la citada librería, es el escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II, quien no vacila en calificar a su Fondo de Cultura Económica como “una transnacional de izquierda”.
En declaraciones formuladas al periódico Juventud Rebelde, al referirse al declive de la lectura en Cuba, y cómo su nueva librería podría superar esa situación, Paco Ignacio expresó que “a pesar del esfuerzo que ha hecho el Gobierno cubano por mantener los precios bajos, la masividad de la lectura, de alguna manera se perdió, y hay una generación que está perdiendo información y posibilidades de acceso. Entonces estamos poniendo un grano de arena para mejorar la calidad de la oferta”.
En primer término habría que decirle al señor Taibo II que los cubanos están perdiendo información, no por las dificultades que se antepongan ante el gobierno cubano, sino por la propia política de ese gobierno que impide la circulación en la isla de libros escritos por autores que no comulgan con el castrismo. Ejemplo de ello, y por citar solo a autores cubanos, tenemos los casos de Rafael Rojas, Zoe Valdés, Guillermo Cabrera Infante, y Carlos Alberto Montaner, entre otros.
Los que hemos viajado al exterior podemos dar fe del celo con que la aduana cubana revisa los libros, y cualquier otro tipo de papeles que se pretendan entrar al país, y por supuesto incauta los que considere “subversivos”.
Asimismo, podríamos realizarle al señor Paco Ignacio la siguiente pregunta: ¿Por qué su librería no oferta aquí en La Habana la biografía del Che Guevara titulada La vida en rojo, de la autoría del ex canciller mexicano Jorge Castañeda, que contiene aspectos de la vida del guerrillero argentino-cubano que incomodan al castrismo? A propósito, fuentes bien informadas han comentado que el único ejemplar de ese texto que existía en la Biblioteca Nacional de Cuba -y probablemente en todo el país- se hallaba en una colección no accesible al lector común de ese centro, y que un buen día desapareció de esa colección. Al parecer, los jerarcas de la cultura castrista no querían que ningún ciudadano tuviera acceso a ese libro.
Y si como asevera el señor Taibo II su librería “es una expresión de la voluntad de ambas naciones por lograr que las obras de los autores de la región y de otros confines de la tierra tengan presencia en Cuba”, ¿por qué entonces en Tuxpan no vemos ejemplares de Mario Vargas Llosa, casi seguro el autor latinoamericano más exitoso y leído en la actualidad?
Claro, la respuesta habría que encontrarla en el propio nombre con que Paco Ignacio y sus compinches del Instituto Cubano del Libro identifican a la librería. Porque Tuxpan fue el puerto mexicano desde donde partió el yate Granma en 1956, con Fidel Castro y el resto de los hombres que combatieron al gobierno de Fulgencio Batista.
Entonces queda claro que no es menester desafiar los problemas de transporte que existen en La Habana, y tomarse el trabajo de visitar esa librería, para imaginar los libros que descansan en los anaqueles de Tuxpan.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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