MADRID, España.- Este 7 de septiembre se cumplen 81 años de la muerte de Mario García Menocal, tercer presidente de la República de Cuba. Nacido en 1866 en una acomodada familia matancera, Menocal realizó estudios de ingeniería civil en Nueva York.
Tras su regreso a la Isla, bajo las órdenes de Máximo Gómez se incorporó a la Guerra de los Diez Años, a lo largo de la cual mostró sus cualidades de mando.
En 1899, tras la ocupación norteamericana, fue nombrado jefe de la policía de La Habana y posteriormente dirigió la Inspección General de Obras Públicas.
En 1900 viajó al oriente del país y, alejado de la política, se dedicó a gestiones administrativas, entre ellas hacerse cargo del Central Chaparra.
Ocho años más tarde, estimulado por sus seguidores, se postuló como candidato a la presidencia de Cuba. El ser derrotado por José Miguel Gómez no lo desanimó para volverse a presentar en 1913; año en que ganó las elecciones con superioridad.
Su primer período presidencial (1913-1917) estuvo marcado por la prosperidad debido a la gran subida del precio del azúcar en la Primera Guerra Mundial. Por la revalorización del azúcar y su consecuente ingresó monetario al país a este período de opulencia se conoce como las “vacas gordas”. Tanto así que en 1918 Menocal compró un palacio en la provincia de La Habana por 3.750.000 dólares.
Durante su gobierno se creó la moneda nacional y se utilizó como base la paridad con el dólar. En estos años también se reorganizaron las secretarías de Sanidad y Beneficencia y la de Instrucción Pública y Bellas Artes. Además se crearon las primeras Escuelas Normales de la República; así como se prestó gran atención a la enseñanza primaria, creándose más de 1 000 aulas nuevas. Se dividieron las escuelas en urbanas y rurales y se establecieron los maestros rurales ambulantes. Además se construyeron diversos hospitales, entre ellos el capitalino “Calixto García”.
En 1915 dictó el seguro obligatorio para los accidentes del trabajo e introdujo la mediación del Estado en los problemas laborales. En 1916 fue reelegido como presidente, pero José Miguel Gómez consideró las elecciones fraudulentas y los desacuerdos llevaron a una guerra civil, que terminó gracias al apoyo de la administración estadounidense.
Si el comienzo de la Primera Guerra Mundial había influido en la prosperidad de Cuba, la recesión económica tras su fin trajo consigo la caída brusca del precio del azúcar y una gran crisis en el país, conocida como “vacas flacas”.
Esto llevó al descontento popular hacia su Gobierno y en las elecciones de 1921 salió electo presidente Alfredo Zayas. Posterior a ello Menocal viajó a Europa.
De regreso a la Isla, en 1924, volvió a presentarse a las elecciones; esta vez derrotado por Gerardo Machado. Tras la reelección de Machado en 1929 Menocal llevó a cabo un infructuoso alzamiento contra este. Tras unos años de cárcel fue desterrado al exilio.
En 1940, con la llegada al poder de Fulgencio Batista, regresó a Cuba. Al año siguiente, cuando se encontraba reorganizando el Partido Demócrata Republicano, murió, a la edad de 75 años.
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