MIAMI, Estados Unidos. – Las penurias del pueblo cubano no comenzaron con el embargo, establecido contra el régimen de la Isla por Estados Unidos en la década del 60 del pasado siglo. Tampoco se deben exclusivamente ―una idea fundamental de la propaganda castrista― al “bloqueo” de Estados Unidos a un pobre país caribeño que, a 90 millas de la principal economía del mundo, se resiste a claudicar y arrodillarse.
Mientras la ayuda de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) llegaba a la Isla ―llegó por casi 30 años―, el régimen apenas aludía al “bloqueo” o embargo estadounidense. Toda la propaganda anti-embargo se disparó tras la caída del comunismo en Europa del Este.
Cuando se pregunta por qué no se aprovechó al máximo aquella gran ayuda financiera y tecnológica del campo socialista a Cuba, es fácil responder. En fecha tan temprana como el 12 de febrero de 1961, Fidel Castro, el hombre que asumía los más importantes cargos políticos de la Isla, proclamaba que promovería revoluciones anticapitalistas en Latinoamérica, movimientos guerrilleros que costaron mucha sangre y dinero al pueblo.
Cualquiera en Cuba ya podía divisar las graves penurias económicas que sufriría la población. El 14 de junio de 1961 Fidel Castro anunció el racionamiento de las grasas para la alimentación, el 5 de agosto bloqueó las cuentas bancarias a través de un rápido y sorpresivo cambio de moneda.
El embargo comercial, económico y financiero estadounidense al régimen castrista fue impuesto el 7 de febrero de 1962, cuando desde hacía meses el 75% de las importaciones cubanas provenían del campo socialista, y se le exigía a los sindicatos aumentar la producción de bienes materiales. Al no aumentar la producción, el 12 de marzo de 1962 el Gobierno se ve en la necesidad de imponer el racionamiento de los productos alimenticios y de vestir, así como de medicamentos. La libreta de racionamiento aún no ha desaparecido, aunque cada vez provee menos alimentos a los cubanos.
Año tras año, el régimen cubano presenta un proyecto de resolución ante la Asamblea de Naciones Unidas para condenar el embargo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la Isla. Hasta la actualidad, el régimen ha contado con el apoyo mayoritario de la comunidad internacional, que jamás, al menos en ese foro, ha emplazado unánimemente a las autoridades cubanas por el bloqueo interno al que han sometido y someten a su propio pueblo.
Las prohibiciones del Gobierno cubano a sus ciudadanos han ido mermando con el paso de los años (como el fin de la llamada “carta blanca”, la imposibilidad de acceder a hoteles y de portar dólares). Sin embargo, aún perduran numerosas e inaceptables trabas para el desarrollo de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales de los nacionales de la Isla.
El régimen cubano se mantiene intransigente con el sector privado. Aunque da muestras de supuestos avances, el control totalitario del Estado no varía sobre el llamado sector “cuentapropista”. ¿Quién ha generado la pobreza en Cuba? ¿El embargo de Estados Unidos o los obstáculos al desarrollo de los cubanos, impuestos por el propio Partido Comunista?
¿Quién dirigió la Ofensiva Revolucionaria, la campaña que dio al traste con pequeños y medianos negocios a lo largo de Cuba? ¿Fidel Castro o el presidente de Estados Unidos?
¿Quién ha causado la miseria y la escasez por casi 60 años? ¿El Estado cubano o el Gobierno de Estados Unidos? Cualquier cubano puede responder.
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