HARRISONBURG, Estados Unidos.- Este 7 de enero se cumplen 145 años de la muerte de Anselmo Suárez y Romero, escritor y pedagogo cubano.
Según el Diccionario de Literatura Cubana publicado por el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, Suárez Romero nació en La Habana el 21 de abril de 1818, donde cursó sus estudios primarios en una escuela de la orden de los dominicos. Luego estudió en el colegio dirigido por el presbítero José Benito Ortigueira y después en el Seminario de San Carlos, donde fue alumno del célebre jurisconsulto José Agustín Govantes.
Se diplomó como Bachiller en Leyes en la Real y Pontificia Universidad de La Habana, pero debido a los problemas económicos de su familia tuvo que interrumpir esos estudios y establecerse con su madre y seis hermanos en el ingenio “Surinam”, ubicado en las cercanías del poblado de Güines en la provincia de La Habana.
Con solo veinte años se dio a conocer en el ambiente literario al publicar su novela Biografía de Carlota Valdés, siendo por ese entonces un asiduo de las tertulias organizadas por Domingo del Monte.
Fue colaborador de periódicos y revistas y entre sus obras literarias también se encuentran Una noche de retreta, Un viejo impertinente, Un recuerdo y su Colección de artículos, publicada en 1859 con el apadrinamiento de Cirilo Villaverde, pero sin dudas su obra más significativa fue su segunda novela, Francisco.
Primera novela antiesclavista escrita en español
Alrededor de 1830 comienza lo que ha sido denominado como inicios de la narrativa cubana y en ello tuvo un papel extraordinario Domingo del Monte.
A las tertulias organizadas por Del Monte acudían los más relevantes intelectuales de la época y entre ellos puede mencionarse a Cirilo Villaverde, el colombiano Félix Tanco y Bosmeniel y el poeta mestizo Juan Francisco Manzano, quien vivió parte de su vida como esclavo hasta que por iniciativa de Del Monte varios intelectuales compraron su libertad. En ese ambiente literario también dio a conocer sus obras Anselmo Suárez y Romero.
Fue Del Monte quien motivó a Manzano para que escribiera sus memorias, las que fueron dadas a conocer con el título Autobiografía de un esclavo. Suárez y Romero tuvo a su cargo la revisión final de esta obra, que lo inspiró para escribir su novela Francisco, la cual también fue leída en ese cenáculo. Entusiasmado, Del Monte también incentivó a Suárez y Romero para que tratara de publicarla, aunque las condiciones existentes en la Isla, debido a la censura impuesta por la metrópoli española, lo impedían.
Entonces decidieron entregar ambas obras al cónsul inglés Ricard R. Madden, conocido por su posición antiesclavista, para que las diera a conocer en Europa, pero el diplomático perdió la novela, cuya publicación se realizó en 1880 en Nueva York, dos años después de la muerte de su autor y más de treinta y cinco después de haber sido escrita.
A pesar de su tardía publicación, está acreditado que Francisco fue escrita antes que La cabaña del tío Tom, la célebre novela de la estadounidense Harriet Beecher Stowe y está considerada la primera novela antiesclavista escrita en español.
Pero existen opiniones críticas dispares acerca de su valía. Enrique Piñeiro le señaló falta de originalidad y otros contertulios delmontinos le señalaron problemas formales. Aún así, Domingo del Monte no cejó en su empeño para que Romero la publicara por considerarla una importante obra antiesclavista.
No hay que olvidar que cuando la novela fue escrita ya existía en Cuba una marcada intención por parte de muchos criollos de aprehender lo cubano y se potenciaba el sentimiento de independencia con respecto a España.
Un artículo existente en Wikipedia, titulado “Anselmo Suárez y Romero”, asegura que Madden, aunque no reconoció altos méritos literarios a la novela sí encomió su valor porque según él, “ningún otro libro fue tan descriptivo, ni tan gráficamente redactado, como la prosa de Francisco, en la que se describió la esclavitud con el mismo rigor intelectual que en la vida real en Cuba”.
La obra se centra en el amor de dos esclavos nombrados Francisco y Dorotea. Ambos pertenecen a la señora Mendizábal, quien controla sus vidas autoritariamente y les niega el permiso para casarse. A pesar de la prohibición, la pasión de los amantes se desencadena y fruto de ello resulta el embarazo de Dorotea. Enterada, la dueña envía a Francisco a otro ingenio, donde tiene que sufrir el rigor del duro trabajo de los cañaverales, y encima, los abusos de Ricardo, hijo de la señora Mendizábal, que en la novela es presentado como atraído por Dorotea, aunque esta lo rechaza. Tiempo después de haber tomado esta decisión y quizás sintiéndose culpable, la señora permite que ambos esclavos se casen, pero los pone al servicio de su hijo Ricardo, quien continúa acosando a Dorotea hasta que esta se le entrega para impedir que maten a su esposo. Enterado Francisco de lo ocurrido se quita la vida.
En su estudio crítico titulado “La narrativa antiesclavista en Cuba de 1835 a 1839”, Salvador Bueno pondera el valor que supone haber escrito una novela semejante en pleno auge del sistema de plantaciones en Cuba y desafiando posibles represalias de los representantes de la metrópoli, siempre prestos a reprimir cualquier manifestación de disenso.
La novela tuvo una adaptación cinematográfica en 1974 bajo la dirección de Sergio Giral, pero la trama de la novela fue cambiada a tono con el apremiante y reclamado —por la oficialidad— discurso revolucionario en el arte, cuyas directrices fueron dadas a conocer en el tristemente célebre Primer Congreso de Educación y Cultura en 1971.
Tres años antes de su muerte, el escritor afirmó: “Suelo reírme de mil palabras y giros mal usados y de multitud de redundancias y repeticiones enfadosas; pero en cuanto contemplo a Dorotea y a Francisco, víctimas de una institución horrenda, pienso que la crítica literaria más severa habrá de ahogar sus censuras para compadecer a aquellos esclavos desventurados, juntando su llanto con el mío. Es el triunfo que me enorgullecerá”.
Quizás por ello el interés de los estudiosos por esta novela continúa creciendo.
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