MIAMI, Estados Unidos. — No son pocos los certámenes deportivos que han dejado de realizarse en Cuba a lo largo de la última década. Uno de ellos (tal vez el más popular) fue la llamada Vuelta Ciclística a Cuba, que por muchos años contó con la presencia de exitosos atletas nacionales y foráneos.
Con entre 11 y 15 etapas, la Vuelta solía desarrollarse anualmente en el mes de febrero, con arranque en Baracoa, provincia de Guantánamo, y cierre en La Habana.
Aunque la geografía de la isla reflejaba un circuito accesible para los competidores, el evento contaba con etapas de montaña a su paso por el centro del país, así como una etapa contrarreloj.
La llamada “caravana multicolor”, como le llamaban los comentaristas deportivos cubanos, solía estar compuesta por ciclistas y equipos de Cuba y otros países, hecho que convertía al evento en referencia a nivel regional.
La Vuelta Ciclística a Cuba fue creada en 1964, aunque no fue hasta 2005 pasó a formar parte del UCI America Tour, con la categoría 2.2.
De las 35 ediciones que se celebraron, 28 fueron ganadas por ciclistas cubanos y siete por extranjeros.
Por los cubanos, los máximos triunfadores fueron Eduardo Alonso y Pedro Pablo Pérez, con cinco y seis victorias, respectivamente.
El primer atleta foráneo en alzarse con el título fue el polaco Henry Kowalsky, en 1967, mientras que el último fue el canadiense Svein Tuft (2007).
A lo largo de su historia, la Vuelta Ciclística a Cuba fue suspendida en varias oportunidades. La primera vez fue en 1970 y luego en 1974 y 1982. La suspensión más larga que sufrió —antes de ser suspendida indefinidamente en 2011— fue entre 1991 y 1999.
Para llenar el vacío dejado por la competencia, las autoridades de la isla desarrollaron cuatro ediciones del Clásico Nacional de Ciclismo de Ruta, certamen que no otorgaba puntos al ranking mundial de la UCI ni premios en metálico a los deportistas.
