MIAMI, Estados Unidos. – El catedrático (jubilado) de la Universidad de Costa Rica (UCR) Manuel Araya destacó el pasado jueves la influencia en la sociedad costarricense de intelectuales y luchadores independentistas cubanos llegados en las últimas tres décadas del siglo XIX a la nación centroamericana, de acuerdo con el reporte de la agencia estatal cubana Prensa Latina.
“La guerra por la independencia de Cuba de España tuvo un gran impacto en la sociedad costarricense, cuyas dimensiones no han sido aún plenamente valoradas”, afirmó Araya durante su conferencia “Costa Rica y la guerra por la independencia de Cuba 1868-1898”.
Esta clase magistral fue la undécima del ciclo de conferencias y conversatorios “La diversidad cultural en la conformación de Costa Rica”, organizado por la Benemérita Biblioteca Nacional y la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica.
Araya, exprofesor en Historia de las Relaciones Internacionales de la UCR, señaló que los cubanos llegados a Costa Rica en una primera oleada en el siglo XIX (impulsados por el inicio de la Guerra de los Diez Años) desempeñaron un papel de enorme trascendencia en el desarrollo de la educación, las ideas liberales y positivistas, la jurisprudencia y la institucionalidad costarricenses.
Araya resaltó que la influencia de estos cubanos llegó en un momento en que Costa Rica comenzaba un proceso de consolidación del Estado civil y secular, lo cual mantenía una intensa efervescencia en los medios políticos e intelectuales de la época. Además, su presencia contribuyó a la creación de un cuerpo ideológico que explicara la existencia de la nacionalidad costarricense.
Otra oleada de cubanos llegó a partir de 1891, encabezada por el lugarteniente general del Ejército Libertador, Antonio Maceo, quien junto a casi un centenar de familias cubanas creó la colonia agrícola La Mansión de Nicoya, en la provincia de Guanacaste. Esta fue la primera y única colonia fundada por cubanos fuera de la Isla caribeña.
“Encontramos aportes concretos y objetivos, proyectos de ley, instituciones, entre otros, pero también aportes intangibles que carecen de la condición de verse en algo concreto, pero no por ello dejan de ser muy relevantes”, precisó Araya sobre la huella cubana en Costa Rica.
Según el catedrático, esta influencia también permitió la incorporación de los distintos grupos sociales en la dinámica política a través de los clubes patrióticos, verdaderas escuelas de educación cívica y democrática en una sociedad que recién se iniciaba en la práctica de una democracia representativa y participativa.