MADRID, España.- El reciente anunció del Gobierno español sobre su apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) privadas cubanas, ha desatado opiniones divididas entre los especialistas.
De acuerdo al economista cubano Ángel Marcelo Rodríguez Pita, será más una oportunidad para el régimen cubano que para emprendedores, basándose en que en este tipo de negocios hay una gran presencia del aparato castrista.
“Habría que ver si el emporio de la familia Castro, que hoy en día también posee micro, pequeñas y medianas empresas, se va a insertar dentro del mecanismo. Todo parece indicar que sí”, dijo Rodríguez Pita en declaraciones a Radio Televisión Martí.
Por su parte, el presidente de la Fundación Hispano-Cubana, Guillermo Gortázar, considera que “estamos ante un nuevo postureo del Gobierno cubano”.
“El tema de las mipymes en Cuba es un engaño, están cargadas de impuestos. El gobierno de Cuba pretende engañar de nuevo, ganar tiempo y tener una coartada para obtener recursos del extranjero”, consideró.
Mientras que el economista Elías Amor Bravo destacó que “canalizar las ayudas solo a determinado tipo de micro pymes, en determinados sectores, es discriminante, y no es lo más adecuado”.
En este sentido, vale recordar que el pasado viernes España, al anunciar que apoyaría a las mipymes cubanas interesadas en hacer negocios, precisó que la ayuda sería para los sectores alimentario, el tecnológico y el de las industrias culturales.
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Contrario a las opiniones mencionadas, el director del laboratorio de ideas Cuba Próxima, Roberto Veiga González, ve la iniciativa como “positiva”, pues considera que la realidad en la lsla “solo podrá variar, democratizarse y lograr bienestar si se internacionalizan las dinámicas de los ciudadanos”.
“En tal sentido”, argumenta, “esta experiencia debería extenderse al resto de Europa, América Latina, a todo el orbe, pero extenderse también a aquellas otras dinámicas de la autonomía individual que tienen que ver con la cultura, el activismo cívico y la política”.
Las mipymes fueron autorizadas por el régimen cubano en 2021, luego de haber estado prohibidas desde 1968.