MIAMI, Estados Unidos. – El abogado Dayron Salazar Caramazana, subdirector provincial de Bufetes Colectivos en Guantánamo, expresó su preocupación acerca de la reciente defensa de la pena de muerte hecha por Rubén Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo.
A pesar de que la última ejecución de la pena de muerte en Cuba fue hace 20 años, durante las recientes sesiones ordinarias del Parlamento cubano Remigio Ferro afirmó su plena validez y su “necesidad” como elemento de defensa.
Por su parte, Salazar Caramazana argumentó en su artículo que tal medida no es la solución para el establecimiento de una sociedad segura y próspera, en un artículo publicado en el periódico local Venceremos.
Contrario a la adopción de tácticas similares a las de “Estados policiales”, Salazar abogó por un enfoque equilibrado en el sistema penal. Criticó la dependencia excesiva en las fuerzas de la ley y la justicia penal para resolver los problemas sociales y subrayó la importancia de la eficacia familiar, escolar e institucional.
Régimen cubano amenaza: “La pena de muerte está para defender la revolución”
El funcionario reflexionó sobre el creciente número de publicaciones en las redes sociales que tratan sobre la criminalidad. Además, advirtió contra el incremento desproporcionado del poder policial y sus recursos.
En su crítica, Salazar Caramazana apuntó a las causas subyacentes de la delincuencia, como la pobreza, la proliferación de espacios de consumo de alcohol, y la falta de educación adecuada. Propuso que el Gobierno debe abordar estos problemas urgentes que no pueden ser resueltos simplemente con castigos o leyes penales.
Utilizó a El Salvador como ejemplo de cómo la represión extrema en las prisiones bajo la excusa de favorecer la seguridad ciudadana no resuelve los problemas sociales subyacentes. Además, Salazar Caramazana destacó la necesidad de desarrollar infraestructuras que faciliten el funcionamiento normal de la vida en el país.
Asimismo, criticó el enfoque actual de “perseguir a los delincuentes” como una “solución fácil y cómoda” para los líderes que deben resolver problemas sociales. Además, cuestionó la eficacia de la pena de muerte, argumentando que si funcionara, no habría criminales en el mundo.
Finalmente, el abogado concluyó su reflexión con un argumento del Héroe Nacional cubano, José Martí, y abogó por un Estado de derecho donde la delincuencia se trate como un síntoma, no como una causa.