MADRID, España.- El compositor, pianista y director de orquesta Ernesto Sixto de la Asunción Lecuona Casado, nació el 6 de agosto de 1895 en la habanera localidad de Guanabacoa. Hijo de un periodista originario de las Islas Canarias, fue un niño prodigio que ofreció su primer recital a los cinco años y a los 12 compuso su iniciática pieza musical.
En el libro del musicólogo cubano Helio Orovio (1938-2008) publicado en Londres en 2004 por Tumi Music Ltd, como Cuban music from A to Z (Música cubana de la A a la Z), este cuenta que Lecuona empezó sus estudios de piano con su hermana Ernestina (1882-1951), también pianista y compositora, quien brindó innumerables conciertos dentro y fuera del archipiélago y creó, entre otras canciones, “Anhelo besarte”, “Ya que te vas” y “Cierra los ojos”.
Del polifacético e impactante autor musical que devino Ernesto Lecuona, con una amplia discografía, y sobre el que se han realizado y publicado decenas de estudios y valoraciones especializadas, Helio Orovio añade en el citado volumen que fue el compositor cubano más reconocido en el mundo y un pianista de excepcional cualidad.
De sus muchas danzas para piano y que la mayoría de los profesores del instrumento enseñan a sus alumnos, están “La malagueña” y “La comparsa”. De sus cientos de obras se destacan “María la O” ─escenificada también en España y México y llevada a la pantalla cinematográfica de este último país─, “Siempre en mi corazón”, “El sombrero de yarey”, “Siboney”, “El Cafetal” y “Damisela encantadora” ─creada para ser interpretada en su zarzuela “Lola Cruz” por Esther Borja (1913- 2013), una de las principales voces de Cuba en el siglo XX.
En 1922, junto a Gonzalo Roig, César Pérez Sentenat, Joaquín Molina Torre, Virgilio Diago y David Rendón, Ernesto Lecuona fundó la Orquesta Sinfónica de La Habana, en cuyo concierto inaugural actuó como pianista solista. Realizó numerosas giras por el extranjero; compuso bandas sonoras para estudios cinematográficos de Hollywood, España y Latinoamérica. Escribió operetas y para el ballet. Dio forma definitiva a la romanza cubana, gran aporte que hizo a ese género.
En enero de 1960 Lecuona viajó a Nueva York y de ahí a España, donde ya enfermo, se radicó definitivamente. Tres años más tarde murió en Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias, el 29 de noviembre de 1963. Sus restos descansan en el cementerio de Gate of Heaven, en Hawthorne, Nueva York.