MIAMI, Estados Unidos. — En agosto de 1861, el poeta bayamés José Fornaris y el escritor habanero José Socorro de León se unieron para fundar la revista Cuba Literaria, publicación que vería la luz con carácter mensual y cuyo objetivo era contribuir al enriquecimiento intelectual y cívico de sus lectores.
En su introducción precisaban lo siguiente: “Nuestra misión será de paz (…) no debemos destruirnos unos a los otros, sino unirnos para ilustrarnos, porque ilustrarnos es fortalecernos”.
De contenido variado y actualizado, cada entrega incluía poemas y artículos políticos, literarios y relacionados con la educación de la mujer. Divulgó también lo más notable del panorama cultural y ternas científicas.
Varias publicaciones anteriores habían tenido un perfil similar, entre ellas La Siempreviva, Las Brisas, La Cartera Cubana, El Álbum, La Floresta y Las Flores del Siglo. Cuba Literaria se publicó en entregas que formaron tres tomos, dos correspondientes a la primera época (1861-1862) y uno a la segunda.
El tomo 1 de la primera época fue reeditado debido al exceso de suscriptores. Las entregas incluidas en el tomo de la segunda época comenzaron a repartirse a finales de 1862 y concluyeron en 1863, año en que cierra la publicación, y no 1862, como refieren otras fuentes. Ese último tomo, dirigido únicamente por José Fornaris, presentó cambios en el formato y aumentó el número de páginas de cada entrega.
A pesar de su corta existencia, Cuba Literaria gozó de prestigio y aceptación entre escritores, científicos e intelectuales de la época. Sus páginas acogieron colaboraciones de figuras como Gertrudis Gómez de Avellaneda, Rafael María de Mendive, Antonio Bachiller y Morales, Ángel Mestre y Tolón, Emilio Blanchet, Luisa Pérez de Zambrana, Virginia Felicia Auber, Ramón Zambrana, Francisco Javier Balmaseda, Joaquín Lorenzo Luaces, Eusebio Guiteras, Felipe López de Briñas, Manuel Costales, Anselmo Suárez y Romero, Antonio y Francisco Sellén, Fernando Valdés Aguirre y Felipe Poey.