MADRID, España.- La Orquesta Sinfónica de La Habana surgió el 2 de septiembre de 1922 por iniciativa de los eminentes músicos y compositores cubanos Ernesto Lecuona (1895-1963) y Gonzalo Roig (1890-1970), con la colaboración de otros importantes músicos de la Isla como el profesor, pianista y compositor César Pérez Sentenat (1896-1973).
La Orquesta Sinfónica ofreció su primera actuación el 29 de octubre de ese año, en la cual Lecuona se desempeñó como pianista solista, con el Concierto no. 2, en sol menor, op. 32 para piano y orquesta, del compositor, pianista y organista francés Camille Saint-Saëns (1835-1921), bajo la dirección de Gonzalo Roig.
El programa de aquel concierto inaugural de la orquesta incluyó, además, entre otras piezas icónicas del repertorio mundial, “Escenas pintorescas”, del compositor francés Jules Massenet (1842-1912); “Aria de la Suite en Re menor”, del compositor alemán Johann Sebastian Bach (1685-1750), y la Obertura de la ópera “Tannhäuser”, del también alemán de fama universal Richard Wagner (1813-1883).
Ese tipo de música de concierto en Cuba remontaba sus orígenes al siglo XVIII a las catedrales de La Habana y Santiago de Cuba y a las obras de los compositores Esteban Salas (1725-1803) y Juan París (1759-1845) y la innovadora y difusora labor de ambos en esta segunda ciudad.
La Orquesta Sinfónica de La Habana, que contó con Virgilio Diago Leonard (1897-1941) como primer violín, y en cuya dirección brilló Gonzalo Roig, quien promocionó las creaciones de renombrados compositores cubanos, se mantuvo activa hasta 1942; ofreció múltiples presentaciones y estrenó numerosas partituras de autores nacionales e internacionales.
Dejó una tradición de excelencia que siguieron la Orquesta Filarmónica de La Habana fundada en 1924, que contribuyó a la divulgación de la música sinfónica universal —aunque se disolvió en 1958—, y la Orquesta Sinfónica Nacional, instituida en 1960.