LA HABANA, Cuba.- El 4 de octubre de 1970 Janis Joplin fue encontrada muerta por una sobredosis de heroína. La primera gran estrella femenina del rock había entrado al trágico “Club de los 27” en el apogeo de su carrera, y también de su adicción. Todavía hoy gravitan varias versiones sobre su muerte, incluso teorías conspirativas; pero la verdad que se abrió paso hasta el presente, cuenta que la atormentada diva sucumbió a sus demonios y al abuso de las drogas.
La carrera de Janis Joplin fue, como su vida, breve e intensa. Llevaba solo unos años brillando en el mundo del espectáculo y revolucionando la escena musical junto a la banda Big Brother and The Holding Company. Más de cinco décadas después de su muerte, su voz sigue siendo un poderoso haz de luz que se proyecta sobre las cantantes de soul, blues y rock surgidas tiempo después.
La llamada “bruja cósmica” hizo historia con su forma de cantar y sus composiciones; pero detrás del portento que estremeció el festival de Woodstock con una soberbia interpretación de “Piece of my heart” se esconde una historia personal dolorosa, marcada por el bullying, la inseguridad, un rosario de fracasos amorosos y un ansia de libertad muy superior a los límites impuestos por el entorno familiar en que fue criada.
No faltan anécdotas sobre su modo de vida desenfadado, su alcoholismo crónico y su bisexualidad. Sin embargo, la historia de su rechazo a Roger Waters, líder de Pink Floyd, es de los pasajes menos conocidos.
Se dice que ambos coincidieron en un festival de rock. Conversaron de diversos temas y Waters quedó tan impresionado por el talento, la inteligencia y la aparente ligereza de Janis que intentó conseguir algo más. Recurrió al viejo truco de compartir una botella elegida por la dama. Janis pidió whisky y poco después el bajista estaba junto a ella haciendo los honores. Pero le tocó salir al escenario y antes de dejarle la botella casi llena balbuceó algo así como “wait for me”.
Cuando Pink Floyd terminó su presentación, Janis le entregó a Waters la botella vacía y subió al escenario, completamente ebria, para ofrecer una actuación memorable.