LA HABANA, Cuba. – “Cumplí misiones militares en Angola y Etiopía. Allá nos engañaron, nos dijeron que por cada medalla que trajéramos se nos aumentaría un 10% el salario. Yo traje 14 medallas. Aquí incumplieron la promesa y nos quitaron las medallas”, dice Vicente Gómez Manresa, un anciano holguinero de 81 años con una pensión de 2.540, insuficiente para afrontar el alto costo de la vida.
“Paso hambre y vivo en la indigencia. De nada valió que me jugara la vida combatiendo en la guerra de África. Me siento abandonado”, dice.
Para sobrevivir, Vicente pide limosna y busca en los desechos sólidos con la esperanza de encontrar algo de valor. “El otro día me dieron 50 pesos por un par de aretes que encontré dentro de una bolsa de desperdicio que estaba en la acera”, recuerda.
El anciano siempre anda con una jaba donde guarda todo lo que encuentre y considere de valor. “Tengo que hacerlo porque si no me muero de hambre. Aquí no alcanza ninguna pensión ni ningún salario, aunque ganes 5.000 pesos mensuales. Yo ayudé a hacer una Revolución y no tengo nada”.
Vicente asegura que antes del triunfo revolucionario de 1959 no había escasez. Dice que en aquel entonces las ofertas eran de mayor calidad y más baratas. “En la Plaza del Mercado mi padre vendía plátanos a 20 centavos el ciento. Recuerdo que los vendedores tenían un trato amable y complaciente con el cliente. Cuando alguien compraba carne y pedía que le quitaran el pellejo, el vendedor respondía ‘La limpiamos’ y el cliente se iba satisfecho. Ahora todo ha cambiado para mal: la oferta es cara y los vendedores nos maltratan”.
El señor se siente engañado por las informaciones que divulgan los medios de prensa oficiales. “Todo lo que se dice aquí es mentira. Antes de ayer dijeron que el servicio eléctrico se estabilizaría, sin embargo ayer hubo un apagón de 3:00 de la tarde a 12:00 de la medianoche. Entonces no estamos estables como dicen ellos. Esta mañana escuché por la radio que sigue la escasez de combustible. ¿Por qué un día dicen una cosa y el otro dicen otra? Ya nos les creo”, asevera.
Vicente también reprocha la pasividad de la Policía y los inspectores estatales ante la malversación y las ilegalidades. “Ningún comerciante privado tiene granja de pollo; sin embargo por la calle y sin esconderse pregonan y venden el cartón de huevo a 1.200 a 1.500 pesos. ¿De dónde los sacan? Se los están robando al Gobierno y eso no lo ve ni la Policía ni los inspectores”.
El anciano considera que estos errores están entre las causas de la actual crisis económica, política y social en Cuba. “El Gobierno ha demostrado su incapacidad para controlar y lograr que los productos lleguen al pueblo. Por eso unos pocos se enriquecen y la mayoría vivimos en la pobreza, sobre todo nosotros los viejos”, termina.