LA HABANA, 19 de enero de 2013, Ernesto Aquino Montes, Hablemos Press/ 173.203.82.38.- El prisionero político Yeander Farrés Delgado, encarcelado en una Unidad Especial VIH/SIDA, denunció -vía telefónica- las constantes violaciones a los derechos humanos, por parte de la dirección del penal, y las estrategias llevadas a cabo para impedir que sus denuncias lleguen al conocimiento de instancias y organismos superiores, incluyendo la prensa nacional.
Farrés, enfermo del VIH/SIDA, con padecimientos de neuropatía e hipertensión, es delegado del Partido Republicano de Cuba en el municipio Habana Vieja. Se encuentra detenido desde el 30 de octubre del 2012 acusado de Desorden Público, tras lanzar octavillas antigubernamentales desde un edificio.
Según Farrés, a través de un reeducador, envió al Teniente Coronel Castillo, Jefe de la Unidad Especial, una carta para que la hiciera llegar a la redacción del periódico Granma, “y las autoridades del penal abrieron la carta, la leyeron y determinaron que no sería entregada a su destinatario; ni esa, ni ninguna otra que escribiera”.
En la misiva, Farrés explicaba las causas por las que había sido detenido, y en qué condiciones lo habían conducido a esa prisión; además, denunciaba los reiterados maltratos que sufren los sancionados; las malas condiciones higiénicas y de alimentación; la ausencia de médicos de atención primaria y dentistas, y el abandono -por más de dos meses-, de la visita periódica de los especialistas en VIH/SIDA.
La Unidad Especial es una prisión para sancionados con VIH/SIDA, ubicada en el municipio San José de las Lajas de la provincia Mayabeque, y recluye a unos 120 enfermos del VIH.
“Esa carta no convenía que saliera” -afirmó Yeander-; “yo sé que esa gente no la iban a publicar en la sección de Acuse de Recibo , donde escriben los lectores, pero mi interés era que supieran las cosas que realmente están pasando aquí, y que ellos fingen ignorar”.
Unos días después del incidente con la carta -continúa Farrés-, “tuve una conversación por teléfono con el jefe de las Prisiones en la provincia Mayabeque; llamé al 86 48 43 y todavía estoy esperando respuesta”.
“Jamás te dan respuesta de nada. Llamé también al 212 55 80 y 212 55 20, el teléfono del secretario de Darío Urra, Fiscal General de la República, y me dijo que iba a investigar, porque él no creía lo que yo le estaba contando”.
“Eso fue hace un mes y no he recibido respuesta, ni tampoco he visto que se hayan producido cambios; las cosas siguen igual, o quizás peor”.
En otra parte de su declaración, Farrés afirma:
“La alimentación es pésima; yo he encontrado gusanos en las comidas; ahora mismo, está el cólera en la calle, y por esa razón no están dando pases; sin embargo, aquí el agua no la hierven ni lavan los alimentos, y esto lo digo porque he visto las mismas papas que nos dan, con cáscaras sucias; es evidente que no se lavan; no se preocupan de la limpieza de los cubículos ni tampoco de aislar los cubos de sancochos que hay en el patio, que son para los puercos de los guardias”.
En su testimonio, Farrés aseguró que “hace un mes entró, a la Unidad, un camión de helado y no hemos sabido ni el sabor que tiene, porque se lo comen los guardias; los prisioneros enfermos con VIH no comen helados ni tienen derecho a reclamar; igual entró un camión de frutas con guayabas y también se lo llevaron todo los guardias”.
Seis “unidades” similares
En la isla hay seis prisiones para sancionados y a la vez enfermos de VIH/SIDA, que recluyen a alrededor de 500 reos, distribuidas en diferentes provincias: Santiago de Cuba, Camagüey, Holguín y Mayabeque, mientras que Villa Clara tiene dos cárceles de este tipo.
Desde la encarcelación de Yeander Farrés, su hermano Yasser, que realiza una tesis doctoral en el Programa de Urbanismo, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, en la Universidad de Granada, publicó un sitio en internet para recogida de firmas en pos de la liberación del joven.
Pero hasta ahora no lo ha conseguido. Con tan mala suerte que, al igual que le sucede a su hermano, nadie responde a sus cartas. En su blog escribió una Carta a las Delegaciones Consulares Cubanas, sin siquiera acuse de recibo.