HOLGUÍN, Cuba. – A José Luis Izquierdo Hernández todos lo conocen como Luisiño, un diminutivo inspirado en la cultura brasileña. Junto a Frank Abel García Falcón integra el dúo Fábula, que ambos definen como “un proyecto musical abierto”.
Son artistas profesionales que pertenecen a la Empresa de la Música Miguelito Cuní, de Pinar del Río. A través del arte son “contestatarios, irreverentes y apasionados”.
Fundado hace tres años, en plena pandemia de COVID-19, varias ciudades de Cuba han aplaudido sus presentaciones, más allá de su natal Pinar del Río.
En uno de sus breves descansos durante las actuaciones de las Romerías de Mayo en la ciudad de Holguín, Luisiño conversó con CubaNet.
―¿Qué esperan del público que va a sus presentaciones?
―Como jóvenes artistas esperamos que la gente se identifique con nuestras canciones y se lleve el mensaje que queremos transmitir. Por eso el nombre Fábula, que es un género literario que deja una enseñanza, una historia rica en vivencias, pero sobre todo deja una lección, un aprendizaje.
―¿Cómo califican las letras de sus canciones?
―Somos contestatarios, irreverentes y apasionados. Fábula es un dúo que defiende la canción de autor, que defiende la trova cubana, que más que un movimiento es una actitud ante la vida. Nosotros tenemos nuestra forma de decir y de hacer la trova. La trova también es echadita pa’lante, la trova es insurrecta, la trova es atrevida, es bocona, te dice las verdades; y los trovadores somos cronistas de nuestro tiempo.
En nuestras canciones, en nuestra obra, reflejamos el tiempo que estamos viviendo.
―¿Podrías definir el trabajo de Fábula?
―Nuestra obra tiene un vuelo poético importante. En mi caso particular yo no necesito gritar nada, ni necesito poner ningún cartel en ninguna parte para expresarme, para decir lo que siento o lo que tengo ganas de decir en un momento determinado, quizá sobre alguna cuestión específica que me incomode o que me moleste como ser social, como ser cívico, como cubano.
Es importante ser sincero, ser claro desde la verdad, desde el amor; al final somos jóvenes, somos cubanos, todavía seguimos viviendo en Cuba. Me siento orgulloso de ser cubano, de vivir en Cuba a pesar de todo, de crear en Cuba,; eso es un acto de fe y de valentía. Tienes que tener los pantalones bien puestos para canalizar aquí todo lo que estamos viviendo desde lo artístico, desde la poética, desde la música, desde la obra.
―¿Por qué hay que tener valentía para hacer lo que ustedes hacen?
―Hay que tener valentía porque no todo el mundo se atreve. Las personas que no son artistas no tienen los resortes o los elementos para conectar con la gente o no saben cómo dosificar artísticamente ese contenido. Cada quien se expresa a su manera, pero tienes que ser valiente porque no es secreto para nadie que hay cosas que no se pueden decir, de ahí nuestra última performance titulada “El ojo mudo”; se llama así no por casualidad, sino porque vemos a diario cosas que la gente no dice o no se atreve a decir. Fábula, de una manera sincera, artística, poética, musical, las dice y nos sentimos orgullosos de eso.
El artista tiene que tener deber cívico, compromiso, vocación de servicio, mover sensibilidades e intentar llegar a la gente con su obra y desde la verdad.
La misión de Fábula sobre este tiempo y sobre esta tierra es esa: contar y cantar la verdad de una manera poética como lo hacen los trovadores.
![](https://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2024/05/Fabula.jpg)
―¿Fábula solo interpreta canciones con temas sociales, contestatarios y políticos?
―No toda la música de Fábula va sobre ese corte. Fábula es mucho más que la canción política, que la canción de corte social, que la canción protesta. Tenemos un camino de corte creativo, de corte social importante, fuerte; pero también un camino de corte folclórico que defiende la identidad, la raíz, la idiosincrasia, la cubanía.
Tenemos música para niños, el universo infantil nos encanta; en menor medida, trabajamos para el público infantil.
Tenemos canciones más comerciales porque hay que comer; son temas que presentamos en emprendimientos privados.
―¿Por qué incorporan la perfomance a las actuaciones del dúo?
―Nos interesa la mezcla, la fusión no solo desde la performance. Nos clasifican como un dúo, pero a mí me gusta llamar a Fábula un proyecto musical abierto, porque hoy somos dos, pero mañana podemos ser siete. Me gusta la fusión con otras manifestaciones artísticas; así nos nutrimos, aprendemos y crecemos espiritual y profesionalmente. Nos interesan los códigos y el lenguaje que nos puedan aportar otras manifestaciones.
―¿Qué inspira a Fábula?
―Nos inspira la vida, el hecho de estar en Cuba, la cotidianidad, el amor, el desamor, las temáticas sociales, la política, todo lo que se relaciona con el ser humano. Nos gusta estar cerca de la gente, los espacios íntimos, personales, ser frontales en nuestro discurso creativo…
![José Luis Izquierdo Hernández](https://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2024/05/jose-luis-izquierdo.jpg)
―¿Cuándo nació Fábula?
―Hace tres años. Somos un proyecto muy joven, somos miembros de la Asociación Hermanos Saíz de Pinar del Río. Fábula se creó en el garaje de mi casa el 1 de marzo de 2021 en plena pandemia de COVID-19: somos hijos de la pandemia. En una situación difícil del país y del mundo, en un hacinamiento, en un periodo de encierro, de aislamiento, nos juntamos para crear. Crear es pelear, lo dijo Martí y no se equivocó: crear es vencer.
―¿Cuál es tu formación profesional?
―Soy graduado de nivel elemental de Música especialidad Saxofón por la Escuela Vocacional de Arte de Pinar del Río. Hace más de 15 años no toco saxofón porque no tengo el instrumento, pero tampoco era buen saxofonista, evidentemente mi camino era otro. Siempre me gustó escribir, componer, y lo hago desde que estoy en la Escuela de Arte.
También soy licenciado en Estudios Socioculturales por la Universidad de Pinar del Río. Cuando comencé la universidad me vinculé al Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU y ahí inició todo.
Comencé cantando boleros de los años 40 y 50: boleros de victrola, canciones clásicas cubanas y latinoamericanas.
―¿Y Frank Abel García Falcón, el guitarrista?
―Frank tiene 25 años y dejó la carrera de Medicina en quinto año, en plena pandemia de COVID-19, para dedicarse a la música y a Fábula; fue una decisión importante.
Él es autodidacta, aprendió la guitarra en los parques. Es un creador polifacético. Toca guitarra, bajo, percusión. Tuvo su propio grupo de música tradicional cubana, fue bajista de un grupo que hacía música alternativa; todo eso lo fue formando para llegar a Fábula.
Antes de Fábula, Frank y yo teníamos una trayectoria artística como aficionados de 11 años. Esto nos preparó, fue una base formativa fuera de la academia.
―¿Y el actor que los acompaña?
―Se llama Luis Alberto Alemán Martínez; tiene 28 años y es actor profesional. Estudia en el Instituto Superior de Arte la especialidad de Actuación. Es actor del grupo de teatro Titirivida de Pinar del Río.
―¿Han pensado emigrar?
―En Cuba hay una gran ola migratoria. Todos los días hay alguien que vende su casa y hace la maleta; sin embargo, los medios oficiales cubanos no lo reflejan.
No hemos pensado irnos del país, quizás en el futuro, pero no creo que de momento emigremos. Es mucho más inteligente contar las cosas desde aquí. Desde el exilio es muy fácil ser comunista o ser disidente. Hay que estar aquí “en la caliente”, “dentro de la olla”, como se dice en buen cubano. Hay que estar aquí y saber cómo uno se proyecta, cómo uno asume ciertas posturas, cierto posicionamiento desde el arte, porque nosotros somos artistas. Yo me siento orgulloso de ser cubano y de vivir en Cuba aun cuando mucha gente de mi generación no tiene nada que ver con esto, todo el mundo lo que se quiere es ir.
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