MADRID, España.- La dama de blanco Sonia Álvarez Campillo, esposa del preso político y opositor cubano Félix Navarro, volvió a denunciar a las autoridades de la Prisión Agüica en Matanzas por no brindar la atención médica necesaria a su marido, de 70 años y que padece de diabetes. La interrupción en el suministro de sus medicamentos ha puesto en peligro su salud.
“Desde el 13 de junio no le están suministrando los medicamentos para su enfermedad. Nos preocupa muchísimo porque el año pasado Félix tuvo dos crisis de hipoglicemia que obligaron a los presos a correr con él inconsciente hasta la enfermería”, afirmó Álvarez Campillo en un audio enviado a Martí Noticias.
Álvarez Campillo señaló que aunque la prisión no cuenta con la medicina que Félix necesita, cuando intenta llevarla durante las visitas, se enfrenta a numerosos obstáculos que le impiden entregarla. “Sin considerar la lejanía de la prisión y las malas condiciones del transporte, me dicen que debo volver otro día para entregar el medicamento, un medicamento que ellos tienen la obligación de conseguir para Félix porque está detenido allí”, enfatizó.
La esposa de Navarro también responsabilizó a la Seguridad del Estado y al Estado cubano por la falta de atención médica adecuada en los centros penitenciarios. Álvarez presentó una denuncia en la Fiscalía Municipal de Colón, advirtiendo sobre el riesgo que corre su marido sin los medicamentos necesarios para controlar su diabetes en la prisión situada en ese municipio matancero.
Navarro, líder del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, perdió el conocimiento en dos ocasiones en 2023 debido a problemas causados por su diabetes. El 31 de julio y el 14 de septiembre, Navarro tuvo que ser asistido de urgencia y trasladado a la enfermería tras desvanecerse durante el recuento matutino.
Félix Navarro, también preso político de la Primavera Negra de 2003 y promotor de Cuba Decide, fue arrestado junto a su hija Sissi Abascal y otros activistas tras las protestas populares del 11 de julio de 2021 (11J). Ambos fueron condenados a nueve y seis años de privación de libertad.
Desde sus encarcelamientos, Sonia ha continuado manifestándose por la libertad de su familia; todos los domingos intenta llegar a la iglesia para orar por ellos, una forma de protesta pacífica que las damas de blanco han desarrollado en los últimos 20 años. Casi cada domingo es detenida y multada por la Policía política.
Pese a la represión y el sufrimiento diarios que enfrenta, Sonia asegura que se mantiene firme, “luchando por ellos, enfrentando todos los problemas”.
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