MIAMI, Estados Unidos. – El presidente de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) de Cuba, Ramón Osmany Aguilar Betancourt, reconoció este jueves el déficit de producción de alimentos en la Isla.
En el informe presentado por el funcionario ante los diputados cubanos, constan serios problemas que afectan la producción de alimentos, aunque se intentan justificar. “No se logra afiliar la totalidad de los pescadores comerciales privados al régimen de seguridad social y que estos contribuyan como lo establece la ley”, afirmó Aguilar Betancourt.
A pesar de que se incrementó un 48% la emisión de licencias de pesca en comparación con 2022, las empresas pesqueras solo han comprado 104,7 toneladas de las 214,4 capturadas al cierre de abril. “Corresponde a los Consejos de la Administración municipal desarrollar un sistema de trabajo que permita atender a estos actores económicos”, agregó el presidente de la Comisión Agroalimentaria.
En Cuba, productos pesqueros como el camarón y la langosta son destinados exclusivamente al turismo y no se ponen a disposición de la población.
La producción industrial de alimentos también muestra cifras preocupantes. Al cierre de marzo, de un plan de acopio de 38.955 toneladas de leche, solo se habían acopiado 27.385 toneladas, un 70,3% del plan. En la actividad cárnica, la situación no es mejor: de un plan acumulado de 14.407 toneladas de vacuno, se han entregado 7.753 toneladas, un 53,8%.
De acuerdo con Aguilar Betancourt, para intentar revertir la situación, el Gobierno ha tomado diversas medidas. Entre ellas, la siembra de 14,7 millones de alevines.
Asimismo, el informe presentado este jueves revela que, a pesar de los supuestos esfuerzos y las medidas implementadas, la producción de alimentos en Cuba sigue enfrentando serios desafíos; y que la falta de recursos, la corrupción y la ineficiencia administrativa contribuyen a un panorama desalentador para la soberanía alimentaria del país. “Es una necesidad continuar mejorando este indicador y fortalecer el trabajo en valores en los colectivos”, concluyó Aguilar Betancourt.
Un reciente informe del independiente Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) reveló que la crisis alimentaria constituye el principal problema social del país (eso indicó el 72% de los encuestados por la ONG).
El estudio también indica que en Cuba siete de cada diez personas han dejado de desayunar, almorzar o cenar, debido a la falta de dinero o a la escasez de alimentos. Solamente el 15% ha podido realizar las tres comidas diarias sin interrupción.
Por su parte, la encuestadora Cubadata asegura que casi la mitad de los cubanos dejó de comer al menos un día en el segundo trimestre de 2023 por la grave escasez de alimentos en la Isla.
Sin otras alternativas, miles de cubanos han optado por comprar alimentos más baratos y menos nutritivos, saltarse comidas y, en menor medida, pedir ayuda a familiares y amigos. Con estos recursos subsisten quienes padecen la acelerada inflación y el desabastecimiento en la Isla.
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