SANTA CLARA, Cuba 24 de febrero (Yoel Espinosa / 173.203.82.38) – Los padres de los pacientes del hospital Infantil José Luís Miranda, en esta ciudad, están obligados a llevar al centro sábanas, fundas, colchas y toallas, porque allí “no hay ni donde amarrar la chiva” –dijo Dionisio Peña, trabajador del centro médico.
Estos recursos se los roban los agentes de seguridad del hospital, en combinación con la administración, mientras las enfermeras exigen a familiares y acompañantes de los enfermos que traigan ropa de cama y todo cuanto puedan porque las que quedan en el hospital están rotas o a punto de romperse, y se destinan a las salas de quemados y cuidados intensivos.
“Esto es una falta de respeto. En el ropero me dieron una camisa llena de huecos y la mitad de una sábana. La semana pasada pasó alguien por mi casa vendiendo colchas, sábanas y pijamas marcadas con las siglas de este hospital”, expresó Magali Cárdenas, madre de una niña ingresada en la sala en la sala de cirugía.
Las frazadas hurtadas en éste y otros centros de salud se venden en el mercado negro a 400 pesos; las sábanas a 60 y las pijamas nuevas a 70.