LA HABANA, Cuba, 22 de abril de 2013, José A. Fornaris/ 173.203.82.38.- El desalojo a la fuerza de unas 18 familias de un asentamiento en la barriada de Moliné, del municipio Arroyo Naranjo, se produjo entre la madrugada y la mañana de este sábado 20 de abril.
Bomberos y una brigada de las llamadas Avispas Negras, entre otras fuerzas del Ministerio del Interior, junto a autoridades de la Dirección Municipal de la Vivienda, participaron del desalojo en el que decenas de personas, incluidos varios niños, fueron sacadas de su hogares en contra de su voluntad.
Informaciones sin confirmar aseguran que en la operación hubo varios heridos, entre ellos tres policías, al oponer los residentes resistencia al desalojo.
El 4 de septiembre del 2012 se iba a efectuar ese desahucio, pero de acuerdo con lo dicho en su momento por algunos de los residentes, la actitud rebelde de los vecinos hizo en esa ocasión que la policía se retirara sin consumar la expulsión.
Moliné era considerado un barrio marginal habitado en su mayoría por familias provenientes de la región oriental del país, aunque algunas llevaban años asentadas en ese lugar, tanto que sus hijos nacieron ahí y ya acudían a la escuela primaria.
El problema habitacional en la isla es crónico. Estadísticas oficiales sitúan la necesidad de viviendas en unas 500 mil, mientras que fuentes independientes elevan esa cifra a más de un millón. El Estado, a pesar de que Fidel Castro prometió durante su etapa insurreccional construir una vivienda decorosa para cada familia cubana, ha demostrado ser incapaz de resolver ese grave problema de primer orden.