LA HABANA, Cuba, febrero, www.cuabent.org -La reciente reflexión del Compañero Fidel acerca de Libia indica que el Comandante no acaba de conocer bien a algunos de sus amigos. Escribe el Máximo Líder: “No imagino al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan”.
¿Habrá olvidado el Comandante, que no concibe a Muammar Al-Gadaffi en fuga, cuando en 1986 se escabulló como una rata del desierto y se acogió al buen vivir luego que Ronald Reagan, en plan de vengativo cowboy, ordenó dispararan varios misiles contra su palacete en Trípoli? Si como dice el Máximo Líder es inminente la intervención de la OTAN en Libia, ¿por qué creer que Gadaffi, con tantos millones y bon vivánt como es, esté dispuesto a morir con las botas puestas?
Ahora que el pueblo libio se hartó de la tiranía y del Libro Verde y la Jamahirya Árabe Socialista arde por los cuatro costados, no hay nada que haga pensar que Gadaffi, esa mezcla de loco, payaso y asesino, será distinto al resto de los dictadores de la región. Sinvergüenzas más preocupados por enriquecerse y lucir eternamente apuestos y viriles que por el bienestar de sus pueblos; crueles pero cobardes; siempre dispuestos, cuando los aprietan, a prometerles a Occidente que se portarán como niños buenos. O a poner pies en polvorosa.
Hace pocos, luego de ser liberado por las autoridades británicas por estar a punto de morir de cáncer, fue recibido por el gobierno libio, con honores de héroe, el terrorista que por órdenes suyas voló un avión de pasajeros en pleno vuelo y años después, a cambio de aliviar presiones y conseguir ciertas ventajas, fue entregado a Londres para que lo juzgaran.
El Comandante no está seguro de las responsabilidades que se le imputan a Gadaffi. Necesita “esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuanto hay de verdad o mentira”. El problema es que en ese tiempo, el dictador libio y sus esbirros, incluso con el empleo de la aviación de combate, seguirán masacrando a su pueblo. Porque ya advirtieron que Libia no es Egipto o Túnez.
Lo que más preocupa al Comandante es una eventual intervención de la OTAN en Libia, que cree se puede producir “en cuestión de horas o en muy breves días”. Señal de que tampoco acaba de conocer bien a sus enemigos. En este mundo que se ha vuelto tan pragmático, las intervenciones militares no se producen como si tal cosa. Ni siquiera por el petróleo. O precisamente por él.
Se habla de que los sublevados aspiran a crear un emirato islámico en Bengazi. Tal vez es una interesada patraña propalada por Gadaffi, viejo zorro donde los hay. Es sabido que el Islam puro y duro provoca escalofríos en Occidente. Después de todo, puede que Europa y los Estados Unidos prefieran que el petróleo libio siga en las manos ensangrentadas de Gadaffi, el malo conocido con el que al final se puede cuadrar caja, antes que en poder de impredecibles tribus beduinas islámicas. Digo yo, no sé qué pensará el Comandante…