LA HABANA, Cuba, 29 de abril de 2013, Frank Correa/ 173.203.82.38.- Cuando tomó el poder en 1959, el gobierno revolucionario situó al deporte entre sus elementos claves para apuntalar la masificación ideológica. Campañas como Deporte Para Todos, Plan LPV (Listos Para Vencer) y El deporte, un derecho del pueblo, prendieron el entusiasmo en la población, sobre todo en los más jóvenes.
Se construyeron en todas las provincias escuelas de iniciación deportiva (EIDE), escuelas de profesores de educación física (EPEF), escuelas de superación y perfección de atletas (ESPA) y varios centros de alto rendimiento. También se organizaron competiciones provinciales y nacionales de categorías infantiles, juveniles y mayores, obteniéndose sonados éxitos en eventos centroamericanos y del Caribe, panamericanos y medallas en campeonatos mundiales y olimpiadas.
Pero el desarrollo del deporte mundial y el advenimiento de una nueva era con la incursión del profesionalismo en muchas disciplinas deportivas, a la vez que un deterioro progresivo de las instalaciones, más la deficiente utilización de los programas de entrenamiento, marcaron un retroceso en los resultados internacionales de los últimos años, sumado a la morosidad y en muchos casos negativa del pago de los premios alcanzados con las medallas, cuestión que ha obligado a la deserción de una significativa cantidad de jugadores durante la participación en eventos internacionales o por otras vías, buscando en otros países mejores horizontes.
Ejemplos concretos encontramos en peloteros, boxeadores, futbolistas, basquebolistas y recientemente la selección nacional de voleibol, que el año pasado tuvo que ser renovada casi completa, debido a la fuga de algunos de sus principales integrantes hacia el extranjero, y la apatía mostrada en los entrenamientos de los que se quedaron en Cuba. Este hecho obligó a los federativos del voleibol cubano echar mano a los muchachos de la selección juvenil, jóvenes de entre 16 y 19 años, para poder presentar un equipo en la Liga Mundial 2012, celebrada del 18 de mayo al 8 de julio en diferentes ciudades del mundo.
Para sorpresa de todos, este equipo tan joven obtuvo el tercer lugar por países, ganándoles a los favoritos, Rusia y Brasil. Con la medalla de bronce conquistaron un cheque por 300 mil dólares y 200 mil más por concepto de juegos ganados y perdidos. Hasta la fecha de hoy, ninguno ha recibido ni un centavo de ese medio millón. Tampoco una sola explicación sobre el asunto.
Los integrantes del equipo solicitaron una reunión con el nuevo primer vicepresidente de estado cubano, Miguel Díaz Canel, quien por exceso de trabajo tuvo que delegar su participación en un subordinado, pero finalmente el encuentro nunca se efectuó sin que les explicaran las causas.
Hasta el momento habían pedido la baja del equipo los atletas Henry Bell, Yoandry Díaz y el capitán Wilfredo León. En el próximo mes de junio se celebrará la Liga Mundial 2013, y el ánimo del equipo anda por el suelo.
La madre de uno de estos muchachos esquilmados, que sobrevive con la venta de cucuruchos de maní en la calle, habló en nombre de familiares y atletas. Dijo que “nadie imagina con qué esfuerzo y sacrificio, desde niños, vienen preparándose para crecer como deportistas y representar al país en confrontaciones mundiales, pero esto que le están haciendo a sus hijos no tiene otro nombre que estafa”.
La prensa oficial no se ocupa de este y otros amargos timos a atletas. El más famoso fue el perpetrado contra el vallista Dayron Robles hace un par de años, quien detuvo a medio camino la carrera en la final de la olimpiada de Londres simulando una lesión en el tobillo, cuando en verdad sacaba a la luz en ese instante su decepción por un cheque ganado en una competición pasada y que se había vuelto un calvario cobrar.
Preguntamos algo sencillo: ¿Por qué no pagan a los muchachos?