LA HABANA, Cuba, 13 de mayo de 2013, Aleaga Pesant/ 173.203.82.38.- Los fotógrafos cubanos residentes en Miami Rewell Altunaga y Guillermo Portieles inauguraron exposiciones en la Fototeca de Cuba, el pasado 10 de mayo, en presencia de Rubén del Valle, Presidente del Consejo Nacional de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura.
La exposición de Altunaga, After Igor Kostin, es un homenaje a un moldavo que trascendió por ser el fotógrafo que entró a la zona de la central electro nuclear de Chernóbil el día de la tragedia (26 de abril de 1986). En la aciaga jornada tomó fotos del reactor afectado y sus imágenes lograron burlar la férrea censura comunista. Posteriormente, realizó diversos viajes a la zona de exclusión, las más expuestas a la radiación, mostrando los horrores derivados directamente del accidente, a consecuencia de los cuales él mismo se ve afectado por la radioactividad.
Las recreadas imágenes Kostin, son apuradas por Altunaga, para enviar un mensaje ecológico y de alarma ante la tragedia que sufre la humanidad por los accidentes nucleares. Se apropia para sus imágenes de las nuevas tecnologías y para definir su mensaje usa los medios audiovisuales. Rescatar la tragedia, traerla nuevamente a nuestros ojos y conciencia es la tarea lograda del artista.
Portieles, el otro expositor, entrega la imaginada corrupción entre fotografía y artes plásticas, algo que llamaríamos musicalmente fusión y que logra magistralmente, a partir de la búsqueda de motivos arquitectónicos en esta nación en ruinas, y de la que solo La Habana es un botón de muestra.
Sobre Enigma de las ruinas, escribe el curador Denys Matos, Guillermo “nos propone una reinterpretación en clave poética de las ruinas centenarias” de La Habana. “Un proyecto donde el autor, tomando herramientas expresivas de la estética del conceptualismo artístico y del movimiento land art , documenta edificaciones ruinosas situadas en el perímetro central de La Habana”.
En las ideas que el proyecto de Portieles articula destaca la reflexión sobre cómo las ruinas resultan, en un complejo de fuerzas naturales que delimitan, en un primer momento, el periodo histórico del hombre sobre la naturaleza, su hábitat, transformando el presente en pasado, en vestigios de moradas y formas de vida, en memoria de restos humanos. De esta manera, las ruinas, aparte de su historia, también adquieren como consecuencia de esta reflexión estética, un encanto artístico, pues le otorgan un toque natural a las obras humanas. Concluye.
Portieles y Altunaga nos dan dos visiones sobre la catástrofe humana. No por pesimistas. Todo lo contrario. Creen que el mundo es reformable y habitable. Por eso llaman la atención sobre las ruinas y los desastres del hombre.