LA HABANA, Cuba, 23 de julio de 2013, Frank Correa/ www.cubanet.org.- El domingo pasado, a las seis de la tarde, en la playa La Conchita, del Círculo Social Obrero Marcelo Salado, un grupo de niños que buscaban caracoles se apartó de sus padres y se internó en el mar, caminando sobre una restinga de arrecifes a cincuenta metros de la orilla. Luego de explorar un rato, los pequeños regresaron a la orilla, pero una niña de siete años quedó rezagada y cayó en un banco de erizos.
Las olas comenzaron a arrastrarla a lo profundo y a pesar de que gritaba, por la lejanía y la música del local, nadie la escuchó. Los niños que la acompañaban dieron la voz de alarma; entonces se enteraron sus padres, que por estar ebrios no supieron enfrentar la situación.
Gracias a la rápida intervención de un jaimanitense de nombre Alexis, que la rescató, no hubo que lamentar una tragedia, en un lugar donde los padres deberían preservar la vida de los menores cumpliendo el slogan oficial que preside la playa: “Nada hay más importante que un niño”.