MIAMI, Florida, 24 de septiembre de 2013, Redacción, www.cubanet.org.- El cuerpo de Isabel Fernández Gutiérrez, de 50 años, aún no ha sido rescatado de entre los escombros de una vieja escuela primaria que ayer se derrumbó en el barrio La Víbora, del municipio 10 de Octubre, en La Habana.
Al filo del mediodía de hoy martes 24 de septiembre, la Redacción de Cubanet habló con el esposo de la mujer, Yoel Reina Alarcón, quien confirmó que las brigadas de rescate peligran y parece que van a cesar sus labores.
Por su parte, el periodista independiente Julio César Álvarez, que ayer dio la noticia desde el lugar de los hechos y fue sacado de allí a la fuerza por los militares, dijo esta mañana vía telefónica que se han caído tres pisos del viejo inmueble, la que fue escuela primaria Pedro María Rodríguez, ubicada en la calle Carmen, entre Cortina y Figueroa, en La Víbora, donde vivían, según sus datos, once familias . También se supo vía internet que esas familias vivían allí desde 1992. Fueron colocadas por el gobierno en la antigua escuela -que siempre tuvo bajo sospecha la seguridad de la estructura.
-Parece que van a derrumbar todo, que van a pasar la buldócer-, comunicó Álvarez.
El reportero también informó desde La Habana que ayer se vieron a dos autobuses en los alrededores del lugar. Las autoridades pactaban anoche llevarlos a un albergue, pero las familias estaban negadas. Demandaban una vivienda digna.
Policías tenían órdenes de intimidar a quienes fotografiaran derrumbe
LA HABANA, 23 de septiembre de 2013, Julio César Álvarez/ www.cubanet.org.- Policías uniformados y vestidos de civil intimidaron a los que sacaron sus celulares o cámaras fotográficas para filmar o fotografiar el derrumbe en la vieja escuela Pedro María, ocurrido en horas de la mañana del día 23 de septiembre en un barrio de La Habana.
Una vez que localizaban a alguien filmando, le pedían carné de identidad, le preguntaban si era periodista de algún órgano de prensa nacional, y le ordenaban apagar la cámara bajo amenaza de ser detenido.
A este reportero lo agarró del brazo y lo amenazó un oficial con grados de Mayor, cuando conversaba con la hija y el esposo de la mujer atrapada en los escombros. Dicho oficial era canoso, usaba espejuelos. Se negó a dar su nombre.
Una fuente del Poder Popular Municipal, quien solicitó anonimato, aseguró que la policía tenía órdenes de minimizar la toma de fotografías para evitar la fuga de imágenes sensibles que pudieran ser utilizadas por medios digitales.
“El objetivo principal era obstaculizar que los periodistas independientes sacaran fotos y videos o abordaran a los damnificados para obtener declaraciones de ellos.”, concluye la fuente.
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