LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org – Por estos días, los gobernantes cubanos quieren ser más martianos. Claro, este no ha sido un mes de enero cualquiera. La celebración de la II Cumbre de la CELAC, y el afán oficial por presentar este evento como una prueba de la unidad latinoamericana, han propiciado el realce de la figura del Apóstol. No fue casual que la inauguración de la Cumbre -a nivel de jefes de Estado y Gobierno- se fijara para el 28 de enero, el día del nacimiento de nuestro héroe nacional.
En ese contexto, el oficialista Movimiento Juvenil Martiano y la librería Alma Máter -resurgida entre las ruinas de la esquina de Infanta y San Lázaro- organizaron durante los pasados días 24 y 25 de este mes unas Jornadas Martianas dedicadas a recordar al mártir de Dos Ríos. Participaron personajes de la cultura oficial como Armando Hart, Abel Prieto y Fernando Martínez Heredia. Sin embargo, no fue la intervención de ninguno de ellos la más seguida por el público que acudió a la librería. Esa distinción recayó en la conferencia “Martí en la psicología social del cubano”, impartida por el profesor Manuel Calviño, el mismo psicólogo que protagoniza el programa de la televisión cubana “Vale la pena”.
En esta ocasión, Calviño abandonó la cautela y el ámbito de la psicología, y se adentró en temas históricos y de la actualidad cubana, empleando a ratos un doble sentido que provocó la sonrisa suspicaz de varios de los presentes. Por ejemplo, fue categórico al afirmar que nunca se ha imaginado a Martí como gobernante, y si en algún momento lo hubiese sido, es muy probable que hoy la historia no lo tuviese en el altar de la patria. Y eso es así porque el Poder desgasta, porque “el Poder es una mierda”, aseveró el conferencista.
Al continuar centrado en las imperfecciones del Poder, Calviño censuró la manera en que algunos gobernantes atropellan la dignidad humana al hablar en nombre del pueblo. Y específicamente se refirió al principio del Centralismo Democrático como uno de los mecanismos utilizados para la aprobación de decisiones y políticas que no siempre han sido del agrado de todos. Vale recordar que este Centralismo Democrático es aplicado por el Partido y la Juventud Comunistas para normar sus respectivos funcionamientos. Según Calviño, se trata de un principio inventado por los soviéticos para justificar el totalitarismo.
Y en el mismo espíritu del Centralismo Democrático calificó la reciente aprobación por la Asamblea Nacional del Poder Popular del Código de Trabajo. Aclaró que en su sección sindical nadie estuvo de acuerdo con ese Código, entre otras cosas por discrepar con varios acápites referidos a las relaciones de los cuentapropistas con sus empleados contratados. Sin embargo, el mediático profesor ignora si los reparos que él y sus compañeros presentaron fueron considerados por los diputados. Solo trascendió que el Código de Trabajo fue aprobado, y nada más.
En otro momento de su intervención, Calviño interpeló a los presentes del siguiente modo: “¿Y no ha sido un atropello a la dignidad humana el haber mantenido albergadas a muchas personas por más de 20 años en espera de una vivienda adecuada?.. Son cosas que no debían de pasar en Cuba, pero han pasado”, concluyó el conferencista.
Otro acontecimiento digno de mencionar en estas Jornadas Martianas fue la presentación del libro Martí el apóstol, de Jorge Mañach. La cultura oficialista ha aceptado, por fin, que la biografía de Mañach es superior a las escritas por otros biógrafos pro gubernamentales. Es un reconocimiento tardío, pero de todas maneras un homenaje a un intelectual que pretendieron borrar de nuestra memoria colectiva.