![guagua, Cuba](https://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2014/02/guagua-Cuba-300x200.png)
LA HABANA, Cuba.- La adquisición de artículos de aseo es un dolor de cabeza. Aún resuenan los ecos de la escasez de cepillos dentales, y ahora se agrega el desabastecimiento de desodorantes. Por otra parte, el detergente aparece poco en los comercios, y es común observar colas cuando la población detecta que “llegaron”.
Con el objetivo de comprobar lo alarmante de la situación, decidimos recorrer varias tiendas de la capital el pasado lunes 3 de febrero. Efectivamente, no había desodorante en los 10 sitios que visitamos en la calle Obispo, la principal arteria comercial de la Habana Vieja. Después estuvimos en dos importantes tiendas de Centro Habana, La Época y Almacenes Ultra, con el mismo resultado. Entonces, con el convencimiento de que no hallaríamos los desodorantes de mayor calidad que se venden en pesos convertibles (CUC), optamos por indagar en varias tiendas ubicadas en las inmediaciones del Parque de la Fraternidad, en moneda nacional. Tampoco había desodorantes, pues los acaparadores arrasaron, no obstante tratarse de surtidos de inferior calidad.
En todos los casos, los dependientes de los centros comerciales respondían con un “no sabemos nada” cada vez que alguien preguntaba. Por supuesto que tampoco pudieron ubicar una fecha para la vuelta a la normalidad.
Los clientes, por su parte, comentaban sobre la medida de emergencia que han de tomar para evitar la acidez en sus axilas: una combinación de bicarbonato con leche de magnesia. Aunque, a decir verdad, esa variante pudiera convertirse en una quimera para muchos.
Se trata de dos productos que también escasean. A veces los vemos en las denominadas “Farmacias Internacionales”, en precios y moneda inalcanzables para muchos bolsillos. Una señora quiso recordar las múltiples aristas de este problema:
-Imagínate, mi hijo, ahorita no podremos salir a ninguna parte. Porque si difícil resulta montarse en una guagua, más complicado es que alguien se te acerque y tengas que olerle el sobaco.
En este contexto, el periódico Juventud Rebelde, en su edición del domingo 2 de febrero, publicó una información acerca de la escasez de cepillos dentales. Sin embargo, las razones que justifican el desabastecimiento pueden ser extensivas al resto de los materiales de aseo. Según los autores del texto, la culpa no es de los productores, sino de los planificadores, en este caso los especialistas del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN). Resulta que ahora este organismo calcula la demanda de cada artículo, y después las empresas productoras trabajan basadas en esa demanda. Pero, como casi siempre sucede, los funcionarios del MINCIN fallaron en los cálculos, y emitieron una demanda de desodorantes por debajo de la real.
Es indudable que el MINCIN se ha convertido en el paradigma de la ineficiencia y la burocracia en el aparato estatal cubano. Todo lo que toca lo echa a perder: primero dejó al país sin frazadas de piso, y después sin cepillos dentales y desodorantes. Ah, y cuando le dieron la responsabilidad de la comercialización de los productos del agro, lo hizo peor que la Empresa de Acopio, que ya es mucho decir.
Bueno, y ya de regreso de nuestro itinerario, pasamos por la calzada de Monte. El portal de un establecimiento que vende en moneda nacional estaba abarrotado de personas. Cuando preguntamos qué había, nos dijeron que era un residuo de desodorantes que quedaba en los almacenes.