LA HABANA, Cuba.-A las 11 de la noche del pasado sábado 24, tomó un vuelo para Italia Leandro Sorrentino, el italiano que prometió quedarse en Cuba hasta conseguir regresar a sus hijas a su tierra natal.
Abandonó la isla con la mitad de la promesa cumplida. Abordo del avión iba Isabel, la mayor de sus dos hijas, autorizada por la madre a viajar. La hija menor, Aylin de la Caridad, de dos años, se quedó con la mamá, quien obtuvo el consentimiento del padre para otorgar a la menor la residencia temporal por un año.
El estatus ilegal de la niña obligó a las autoridades de emigración a custodiar a Isabel Sorrentino en los controles del aeropuerto hasta abordar el avión. Un proceso similar al que se lleva a cabo con los extranjeros deportados.
El acuerdo
El miércoles 21, la madre de las niñas, Yulianys Cardoso y Sorrentino, concertaron una cita ante las autoridades de emigración para signar el acuerdo.
Yulianys declaró a Cubanet que desde entonces no puede contener el llanto. Su estado depresivo se hace evidente al conversar con ella.
-Nunca me he separado de mis hijas. Será muy difícil-, dijo.
Agregó que tomó la decisión porque es la única forma de solucionar el problema.
-Pude quedarme de brazos cruzados, sin mi permiso no saldrían la niñas, pero al final, él es el padre de mis hijas… Ella (Isabel) me pidió que la dejara irse con su papá para Italia, a ella le gusta estar allá- comentó la mujer.
Yulianys esperará a que su hija mayor regrese en septiembre para otorgar el permiso de salida a la menor. Entonces le corresponderá a Isabel comenzar el proceso de residencia temporal. Pero su mayor esperanza es conseguir la armonía familiar para beneficio de sus hijas.
La visa de residente temporal por un año es prorrogable según las resoluciones del Ministerio del Interior en la isla. Ambos pueden retirar los permisos otorgados en el momento que lo estimen pertinente.
Las autoridades se lavan las manos
Sorrentino considera que después de la publicación de su caso en Cubanet, la situación tomó un giro inesperado. Las autoridades de emigración, que primero lo presionaron con la deportación y después trataron de convencerlo, le presentaron un acuerdo a nombre de la mamá de las niñas.
-Cuando llegué a las oficinas de Emigración, ya la documentación estaba hecha con fecha de 21 de mayo-, declaró a Cubanet.
En las oficinas de Emigración le aseguraron que era la única forma de recuperar a las niñas, al menos a una. De otra manera se quedarían ilegales en la isla por tiempo indefinido.
Una fuente oficial de Emigración que negó ser identificada y conoce pormenores del caso, aseguró que las niñas no podían ser retenidas por más tiempo en Cuba.
El padre manifiesta que no está conforme con el acuerdo. Lo considera incompleto y una forma dolorosa de separar a dos hermanas.
-Se lavaron las manos. Ya no tienen niñas ilegales en Cuba. Ahora es el trauma de las hermanas que nunca debieron separarse-, señala.
No obstante, Sorrentino decidió aprovechar la situación como un paso de avance para retornar a sus hijas a Italia.
-Me voy, pero regresaré por mi otra hija para que este con su hermana, en su país-, expresó.
Según su testimonio, el gobierno italiano expresó su interés ante el gobierno cubano por la denuncia de maltrato a las niñas. La embajada italiana en Cuba presentó una solicitud oficial al Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) para realizar una visita médica a la niña Aylin de la Caridad, con el fin de explorar la veracidad de la acusación contra la madre.