LA HABANA, Cuba, abril 173.203.82.38 -El Máximo Líder estuvo en la clausura del VI Congreso para ser largamente aplaudido y aplaudir la designación del general Raúl Castro como Primer Secretario del Partido Comunista. Pero no pudo asistir al desfile militar del 16 de abril en la Plaza de la Revolución. En lugar suyo, desfilaron el tanque T-34 y el cañón autopropulsado SAU-100 que utilizó en la batalla de Girón. Remozados, sobre ruedas. En mucho mejor estado que su tripulante de hace medio siglo y su revolución. Parece que la industria militar es la única que funciona aceptablemente en el país.
Los artefactos-reliquias-curiosidades históricas del Comandante no fueron los únicos que rodaron con neumáticos en el desfile. Las esteras de los tanques y demás blindados fueron sustituidas por neumáticos. Según se explicó, fue para no estropear las calles de la capital. Un detalle que se agradece en medio de la atmósfera bélica de los últimos días en La Habana. ¿Imaginan cómo hubiera quedado el Stadium de El Cerro y sus alrededores?
La mayoría de las personas con las que he conversado comentan que la sustitución de las esteras se debe a que a los tanques con ruedas les será más fácil desplazarse en las calles para aplastar una eventual sublevación. Ojala estén equivocados, pero son muchos los que temen que al paso de tortuga melanesia que van los anunciados cambios estructurales, tarde o temprano los mandamases tendrán que sacar los tanques a la calle. Y no precisamente para una parada militar.
¿Parece muy improbable tal escenario si luego de tanto debatir los dichosos lineamientos, siguen dando plazos, ahora para la conferencia nacional el 28 de enero de 2012? En la clausura del congreso, los generales y los fósiles de la partidocracia, cogiditos de las manos, cantaron La Internacional como si tuvieran por delante todo el tiempo del mundo.
Es de agradecer que en el desfile militar no exhibieran en su plena capacidad a las fuerzas antimotines y su equipamiento –dicen que comprado en España. En su lugar desfiló una discreta tropa de la brigada especial, uniformada de negro, “para situaciones de seguridad ciudadana” (¡ellos tan eufemísticos como siempre!).
Fue solo una discreta señal de que toda la parafernalia represiva está lista para ser usada. De todos modos, hubiera sido absolutamente innecesario y de pésimo gusto un alarde de soldados antimotines con bayoneta calada y carros blindados prestos a hacernos papilla. Estamos advertidos. Todos sabemos hasta donde están dispuestos a llegar los mandarines de acá para salvar su peculiar versión del socialismo.