LA HABANA, Cuba — Durante el recién concluido mes de septiembre de 2014, la CCDHRN (Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional), pudo confirmar al menos 411 detenciones arbitrarias por motivos políticos,
con lo cual continúa manifestándose la tendencia a la disminución de este tipo de acciones represivas, observada en los últimos cuatro meses.
La misma tendencia apreciamos en otras variables que evalúa regularmente nuestra Comisión. Tales son los casos, durante septiembre pasado, de las
víctimas de agresiones físicas (21), los opositores pacíficos hostigados (23), los que fueron objeto de los llamados “actos de repudio” (4) y de
acciones vandálicas (10). Cifras que contrastan con las registradas en agosto pasado cuando fueron, respectivamente, 138, 37, 9 y 19.
A pesar de este evidente (y positivo) contraste estadístico, que pudiera ser puramente coyuntural, la CCDHRN no puede ocultar su profundo
escepticismo en cuanto a que el régimen, que impera en Cuba hace casi 56 años, esté dispuesto a adoptar verdaderas reformas económicas y en materia
de derechos fundamentales, al tiempo que la inmensa mayoría de la población es hundida, lenta pero inexorablemente, en la pobreza y la desesperanza.
Según informaciones que llegan a la CCDHRN desde todas las regiones de nuestro país, el gobierno continúa perfeccionando y ampliando sus ya
poderosas maquinarias de represión, intimidación y desinformación.
Luego de 104 días en una huelga de hambre que le llevó al borde de la muerte, reclamando su libertad, el preso político Vladimir Morera Bacallao
fue excarcelado mediante una “licencia extra-penal por un año”, el pasado 28 de septiembre.
El día 30 del propio mes, oficiales del Ministerio del Interior impidieron que el miembro de la Unión Patriótica de Cuba, Carlos Amel Oliva Torres,
tomara el avión que le conduciría hacia Chile, invitado por una organización juvenil de dicho país. Los agentes alegaron que respondían a “órdenes
superiores” con lo cual, aparte de la violación especifica del derecho a la libertad de movimiento, se perdieron los recursos invertidos en el billete
de ida y vuelta