LA HABANA, Cuba. -Un mutilado ex-combatiente de las Fuerzas Armadas cubanas se suicidó el pasado domingo, al dispararse en la cabeza con un arma de fuego reglamentaria dentro de su vivienda, en la localidad de Mantilla, suburbio del municipio capitalino de Arroyo Naranjo.
El fallecido, de nombre Onay, que sobrepasaba los 60 años de edad y se dedicaba a impartir clases particulares de inglés, tenía mutilada una mano y la otra reconstruida quirúrgicamente desde la década del 80 cuando participó en la guerra de Angola.
Sobre las 8:20 am una estudiante que esperaba para comenzar sus clases llamó a la ex-esposa, quien reside al lado de la víctima, ella entró a la vivienda para ver por qué no habían comenzado, y al momento salió corriendo despavorida, gritando que buscaran a un médico que su marido se había disparado en la cabeza.
Un auto policial llego en cuestión de minutos mientras el cuerpo del ex-combatiente se encontraba moribundo. Un vecino buscó a un médico en la policlínica Mantilla, que está a unos 80 metros de distancia, pero fue infructuoso pues no se encontraba ningún médico en el lugar, para socorrer al grave herido.
Los agentes policiales tuvieron que ir a buscar al médico personalmente a una clínica más distante, lo que tardó unos 20 minutos. La ambulancia que se había pedido nunca llegó y al cabo de media hora decidieron llevarse al agónico herido en un carro particular hacia el hospital Julio Trigo. Onay murió pasada 24 horas después, luego de una intervención quirúrgica en el hospital Calixto García, a donde fue posteriormente trasladado.
Onay era conocido en la zona porque llevaba más de 20 años dando clases particular de inglés. Actualmente el costo por estudiante era de 30 dólares mensuales, teniendo más de seis sesiones diarias con varios alumnos.
-Si el profesor se suicidó, que tiene las balas (dinero) que esperamos para nosotros que no tenemos nada- declaro Andrés García, de 32 años de edad, vecino del fallecido.
Onay tenía tres hijas con su ex esposa, quien residía en la misma casa que estaba dividida y que también daba clases privadas de italiano. El incapacitado ex-combatiente tenía un ayudante por muchos años, llamado Jesús, que le realizaba todas las labores dentro y fuera de la casa.
– Era conocido un buen profesor de inglés, aunque muy recto e intransigente- declaró una vecina que fue alumna de él.
Ninguno de los vecinos abordados ni la estudiante que esperaba afuera de la casa escuchó el disparo con que el ex-combatiente le puso fin a su vida.