LA HABANA, Cuba, mayo (173.203.82.38) – El sociólogo Aurelio Alonso, subdirector de la revista Casa de las Américas, pertenece a ese grupo de intelectuales que, desde los tiempos de la desaparecida revista Pensamiento Crítico hasta la actual Temas, dan la impresión de profesar un marxismo liberal que a veces se aparta de la doctrina oficialista. Sin embargo, en el fondo, se cuidan mucho de no dañar el cordón umbilical que los ata al castrismo. Fernando Martínez Heredia y Rafael Hernández, entre otros, también son miembros de ese clan.
Como Alonso ha investigado y escrito sobre la religión, fue invitado a participar en la X Semana Social Católica, un evento celebrado en La Habana a mediados del año pasado. En esa cita participaron los académicos cubanoamericanos Carmelo Mesa-Lago y Jorge Domínguez, tal vez como parte del intercambio académico entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. No obstante, la prensa silenció la estancia de estos últimos en la isla.
El académico Alonso integró el panel que trató el espinoso tema del diálogo entre cubanos, uno de los tópicos que más interés había despertado. Y para acentuar la expectativa en torno a su ponencia, el señor Alonso se refirió al posible diálogo entre los cubanos que viven en la isla, a diferencia de otros panelistas, que incursionaron en el diálogo Iglesia- Estado, o el vínculo del gobierno con los emigrados.
Pero, llegado el momento de especificar qué cubanos participarían en el diálogo, el señor Alonso perdió el ímpetu y cayó en la ambigüedad, dejando a la imaginación de los oyentes de la ponencia, o los lectores del texto, quiénes serían los protagonistas de ese diálogo. Ya al final de su intervención, dejaría abierto un resquicio para que afloraran sus verdaderas intenciones, al afirmar que “el hecho de que se estuviera discutiendo ese tema era una muestra de que se avanzaba en esa dirección”.
Alonso no pensaba en un auténtico intercambio de criterios divergentes sobre los problemas de la sociedad cubana, y mucho menos en tomar en cuenta la opinión de la disidencia interna. El sociólogo concibe un diálogo “entre cubanos” solamente al estilo del que acontece los viernes en las páginas del periódico Granma. O sea, un diálogo entre adeptos a la ideología comunista, siempre fieles al sistema.
No por gusto el señor Aurelio Alonso recibió hace poco un homenaje del Instituto Cubano del Libro en el espacio El autor y su obra. Se lo ha ganado. Su entrañable amigo Fernando Martínez Heredia adujo que era “un justo homenaje en el contexto exacto de la Cuba actual”.