GUANTÁNAMO, Guantánamo. –Ayer 12 de abril, concluyó la extensión de la Feria Internacional del Libro (FIL) 2015 en Guantánamo.
Según las autoridades cubanas la FIL es el evento cultural más importante del país y exige múltiples acciones organizativas y de aseguramiento. A pesar del trabajo de la comisión organizadora, ya es habitual que en estas ediciones de la FIL en la provincia de Guantánamo, gran cantidad de títulos comiencen a llegar a las librerías mucho tiempo después de haber terminado el evento.
Esta vez no ha sido la excepción y al parecer ya el pueblo se acostumbró a tal desacierto pues el miércoles 8 de abril la asistencia no fue similar a la de otros años.
El pasado 3 de abril, el periódico Venceremos, órgano oficial del comité provincial del Partido Comunista, informó en su página cultural que se pondrían a la venta más de 500 títulos y 79 mil ejemplares. Sin embargo, esa presunta oferta no es lo que se pudo apreciar en un recorrido por el área de venta situada en la calle Pedro A. Pérez donde la mayoría de los kioscos vendían títulos que llevan tres o más años en los anaqueles.
Los libros de cocina, los destinados a los niños y los diccionarios fueron los más buscados, aunque las cantidades a la venta estuvieron muy por debajo de la demanda y así lo comprobó este reportero el miércoles 8 de abril a las 10 a.m. en el kiosco situado en Pedro A. Pérez y Emilio Giro en el cual, media hora después de iniciada la venta, no vendían ya libros de cocina, luego de sacar sólo cinco ejemplares.
Pero el caso más significativo ha sido el de la novela “Herejes”, de Leonardo Padura, publicada por Ediciones Unión. Del libro se publicaron cuatro mil ejemplares y según rumores que circulan entre la intelectualidad, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), recibió sólo 50 para ser vendidos en esta feria. Dichos ejemplares están bajo la custodia del presidente de dicha institución, el señor Jorge Núñez Motes.
Los reclamos duermen el sueño de los justos
Un reclamo hecho desde hace años por los escritores guantanameros ha sido que no se programen actividades significativas de forma concomitante, algo que continúa desatendido por el Centro Provincial del Libro y la Literatura en Guantánamo. En vez de concentrar las actividades más importantes en un solo lugar, continúa programándolas en espacios muchas veces distantes, lo cual provoca dispersión y a veces hasta suspensiones lamentables, como la ocurrida el miércoles 8 por la noche en la UNEAC, cuando no se realizó el encuentro con el poeta Daniel Díaz Mantilla debido a su ausencia y a la de quien debía conducir la entrevista.
Otro reclamo incumplido es que en la edición de la FIL en la provincia tengan una participación equilibrada todos los escritores del patio. Año tras año sólo un puñado de escritores continúa recibiendo gran protagonismo y pingües dividendos, mientras otros permanecen discriminados. En esta edición sorprende que un poeta como Alex Ruíz y un narrador como Luís Fournier, con trayectorias significativas dentro de la cultura literaria del territorio, hayan sido excluidos del programa.
Pero más significativo aún resulta el hecho de que siendo la FIL un espacio propicio para el debate de temas ineludibles del acontecer nacional e internacional, mucho más tratándose de un evento para escritores, estos nunca encuentran espacio suficiente en el programa, al extremo de que en esta ocasión, de las 64 actividades programadas sólo una, un panel sobre los aciertos y desaciertos de las editoriales de provincia programada para el jueves 9 en horas de la tarde, permite el debate, una actividad que representa el 1.5 % del programa.