ARTEMISA, Cuba – El desorden en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) ha sido reconocido recientemente por el semanario oficial El Artemiseño. Al referirse a los resultados de los análisis entre trabajadores y directivos de la Empresa de Construcción y Montaje Mariel (ECMM), encargada de las obras, la publicación se ha hecho eco del plan de las autoridades para frenar las indisciplinas y deficiencias que afectan el susodicho “megaproyecto”.
La periodista María Caridad Guindo, en la edición del semanario del 20 al 3 de agosto, escribió bajo el título “Disciplina para impulsar una obra decisiva” que, con los análisis realizados en julio y agosto se pretende “eliminar deficiencias y conductas negativas existentes como la indisciplina, el desvío de recursos, el robo, el insuficiente control, la apatía, entre otros males”.
Desde el inicio de las obras de la ZEDM, trabajadores de la misma –siempre bajo anonimato por temor a ser expulsados de sus empleos– han dado a conocer a este reportero sobre deficiencias técnicas y robos, así como vertimientos al mar y a los bordes de caminos del concreto traído por los camiones con tolvas giratorias –lo que en la jerga constructiva se denomina “trompos” o “concreteras”–, y también acerca de enterramientos de cabillas, planchas para cubiertas y otros materiales de construcción en buen estado, entre otras irregularidades.
Ninguno de los trabajadores ni directivos consultados precisa las causas de los enterramientos, ni del envío a vertederos de materiales en buen estado, aunque algunos especulan que es para que no los vean los inversionistas extranjeros o para que no los puedan utilizar los trabajadores cubanos.
Todos los “debates” entre “trabajadores y directivos” a los que hace referencia la prensa permitida comienzan con un “documento introductorio” donde se dice que las indisciplinas empañan “la ética y la moral de los obreros del sector frente a inversionistas y clientes nacionales y extranjeros, provocando daños económicos al país y al propio colectivo laboral”. Pero no se menciona una palabra de las quejas de estos trabajadores sobre las malas condiciones de trabajo y la remuneración que, si bien es mayor en otros trabajos estatales, aún consideran insuficiente.
La reunión inicial del catalogado como “proceso político” con que se pretende favorecer el aprovechamiento de la jornada laboral, elevar el rendimiento y la productividad y eliminar todo lo que perjudique el desenvolvimiento de la ZEDM, se realizó a finales de julio con administrativos y dirigentes sindicales de la Empresa de Construcción y Montaje Mariel y sus unidades subordinadas, y continuarán con trabajadores de las unidades de base en agosto, asegura El Artemiseño.
Por su parte las deficiencias de algunas obras concluidas se vuelven más que evidentes, por ejemplo, en la carretera de acceso que une la ruta de La Habana a Pinar del Río conocida como “la seis vías” con la ZEDM. Hace más de un mes que la cerraron al tránsito para rehacer las juntas de algunos puentes de esta vía, a pesar de que solo tiene algo más de un año de inaugurada.
Otro ejemplo es el del puente ferroviario sobre el río Bongo y la carretera a Cabañas, bajo el cual el auto de un vecino de Cabañas sufrió una abolladura. Mientras pasaba con su vehículo, una piedra desprendida al paso del tren le cayó justo encima. Aquél no fue un hecho casual, pues en ocasiones se ven piedras regadas en la carretera después de pasar los trenes, por lo que los conductores de vehículos evitan coincidir durante su paso bajo el puente con los trenes que circulan sobre él.
Por lo pronto, en la primera reunión destinada a “frenar” las irregularidades que están haciendo de este un proyecto extremadamente largo y engorroso, estuvieron presentes el ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña y el secretario de la oficialista –y única permitida– Central Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte de Nacimiento. Su presencia ha desatado el rumor de que la situación podría ser verdaderamente grave.