LAS TUNAS, Cuba – “Hay escuelas donde los niños no tienen agua ni para tomar”, confesó a inicios de la pasada semana una fuente docente a este corresponsal, solicitando anonimato.
Pero el pasado sábado, Roberto Cabrera Sao, director municipal de Educación en Puerto Padre, dijo a medios oficiales que efectivamente, en este territorio existen 25 escuelas sin agua, seis con depósitos propios, pero sin abastecimiento de agua, mientras que otras 19 escuelas no cuentan con recipientes donde almacenar agua para satisfacer las necesidades del alumnado y el personal docente.
“Es un problema de la comunidad”, dijo Cabrera Sao, en alusión a las localidades con insuficiente abasto de agua; pero la cuestión afecta particularmente a los estudiantes de las escuelas que no poseen depósitos para almacenar agua cuando “la comunidad”, aunque de forma tardía, es abastecida.
Trabajadores por cuenta propia fabrican tanques de fibrocemento que, con la transportación y colocación incluida, cobran unos 2 500, alrededor de cien dólares.
Las tiendas de materiales de construcción del Estado también venden diferentes tipos de tanques plásticos para agua potable, los de mayor capacidad en poco más de dos mil pesos.
Entonces la falta de depósitos para agua en las escuelas no sería achacable al “bloqueo” estadounidense o a la ausencia en Cuba de cadenas como The Home Depot, sino a mala administración de las finanzas de Educación.
Entrevistado por medios oficiales también un funcionario de Educación dijo que ya no se entregará azúcar para la merienda escolar en las escuelas rurales; “economía eliminó la entrega de azúcar”, informó.