LA HABANA, Cuba. — Los cubanos las ingenian de mil maneras para procurarse la subsistencia. Un ejército de compradores ambulantes pregonan por las calles de La Habana: “Compro, ventiladores rotos, planchas, lavadoras, televisores, radios, cualquier aparato eléctrico, descontinuado o en desuso… No almacene su radio viejo por gusto, cámbielo por dinero”
¿Qué destino dan a estos trastos viejos los compradores ambulantes?
Cubanet habló con el ingeniero eléctrico Remberto Fernández, residente en el Vedado, que a sus 70 años de edad –con una pensión que no le alcanza para medicinas– se dispuso a habilitar un taller en su casa, con herramientas que le envía su hijo desde el exterior.
”Los ambulantes me traen muchos equipos rotos. De ahí saco las piezas. Hacen un trabajo social importante. Proveen un dinerito a gente que no podía echar andar su cacharro, benefician a los talleres de reparaciones, y a la población, que vuelve a sonar su radio”.
La iniciativa surge a falta de empresas mayoristas que provean de bujes, capacitores, cajas de bolas, discos, paletas de lavadoras a los mecánicos para la reparación de equipos rotos.
“La calidad de los equipos electrodomésticos que venden en las tiendas por dólares es muy mala. –Insiste Marlon, que colabora con su padre. —Los clientes nos traen muchos equipos rotos con solo varios meses de explotación”.
Agreguemos que la garantía es de 2 y 3 meses. Si el equipo se rompe dentro de ese periodo no hay devolución del dinero, el cliente solo tendrá el derecho de llevarlo a un taller del estado, en muchas ocasiones fuera del municipio donde lo adquirió. A lo que hay que añadir que si la rotura fue pasada la garantía tendrá que pagar la reparación en dólares y bien cara.
Ante la crisis en todos los sectores de la sociedad cubana, los cubanos “inventan”, buscan alternativas para palear la situación. ¿Quién sabe si el radio de su vecina, cuente con una pieza vendida por ella al comprador ambulante, y por éste al reparador?.