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MAYABEQUE, Cuba.- “Ni la marca de automóvil ni el modelo importan, si me traes la muestra te lo hago igualito, aquí hacemos todo tipo de repuestos de goma: desde calzos para amortiguadores hasta zapatillas de bombas de freno de cualquier tipo. Llevo más de 30 años en esto y he fabricado desde una junta para bomba de freno de un Audi moderno hasta un calzo de amortiguador de un Chevrolet del año 48”, cuenta “El Ruso”, que es como llaman a este hombre de 60 años de edad que afirma que gracias a personas como él se mantienen en la carretera muchos vehículos en Cuba.
En este taller ubicado en Mayabeque se fabrican todo tipo de accesorios y repuestos “siempre y cuando sean de goma”, para automóviles y motocicletas. Para “El Ruso” un viejo machete, una cuchilla bien afilada y un arcaico motor eléctrico adaptado junto a instrumentos de medición son suficientes como herramientas de trabajo.
¿Cuál es su clientela? “Los almendrones”, afirma, refiriéndose a autos de la década del 50 y anteriores. “Son los que más llegan por la cantidad de adaptaciones e inventos que tienen para poder rodar”, pero también “los autos rusos como los Ladas son clientes fijos”.
“Las patrullas de la policía también se rompen con frecuencia. Son, en la gran mayoría, autos rusos de la década de 1980. Aquí casi todos los días llegan de diferentes lugares; algunos ya vienen recomendados por otros policías o militares que les he dado servicio anteriormente, ya me conocen y cuando voy en mi carro ni me paran, y si lo hacen es para pedirme alguna de las piezas que fabrico”, agrega.
El problema es que “las juntas y los calzos de goma no se consiguen en las tiendas ni en los talleres del Estado, así que todo el mundo viene aquí conmigo”, añade “El Ruso” quien afirma además haber aprendido el oficio de manera autodidacta.
La mayor parte del material que utiliza proviene de viejos neumáticos de tractores y ruedas macizas de vehículos como montacargas y equipos agrícolas. Las consigue mayormente en los basureros, y otras gracias a algunos amigos que antes de botarlas las traen a su taller.
Cuanta además que ha usado ruedas de goma de equipos militares que le traen como forma de pago algunos jefes de la Fuerzas Armadas y o el Ministerio del Interior. “Sus vehículos son reparados por mí y me pagan con gomas para seguir trabajando”, señala.
“Estoy aquí porque en la mañana me quedé sin frenos. La zapatilla de goma de la bomba de freno de Peugeot que tengo adaptada en mi Ford del año 1956 no la encuentras en ningún lugar, por eso vengo aquí al taller del Ruso porque por solo 20 pesos en moneda nacional vuelvo a estar rodando sin problemas en menos de una hora”, comentó Jorge González, un “botero” (taxista) que cubre la ruta de Santiago de las Vegas a la Habana.
“Siempre tenga trabajo porque no hay buje de goma ni dirección que aguante los baches y el mal estado de las calles y carreteras”, dice “El Ruso”. Las cifras oficiales lo respaldan: el 76% de las carreteras del país presenta un estado técnico “de regular a malo”. Debido a ello, por lo regular un auto pasa por su taller una o dos veces al año, para hacer nuevos calzos de goma o reparar la dirección.