SANTIAGO DE CUBA, Cuba. -El 25 de julio la ciudad de Santiago de Cuba celebrará nada menos que el aniversario 500 de su fundación como villa. Cinco siglos de existencia, una historia singular, y la alegría y hospitalidad intrínseca de su gente, hacen de esta una ciudad especial.
Inmersa en un proceso de remodelación, reconstrucción y embellecimiento en diversas áreas, lo que constituye la segunda ciudad más importante de Cuba todavía se debate entre andamios, polvo e incertidumbre, a sólo semanas de su cumpleaños.
Gisela Matos, arquitecta y directora del Plan Maestro por el 500 Aniversario de Santiago de Cuba, en una entrevista ofrecida para la realización de este material cataloga la situación actual en Santiago como “un hervidero desde el punto de vista constructivo”.
En el mes donde se cumple el importante onomástico, Los santiagueros no pueden aún disfrutar de los cambios en las instalaciones reparadas y sus renovados servicios. De los quince proyectos planteados para la conmemoración, “no todos fructificaron como se tenía previsto”, según la arquitecta Odalis Quintana, una de las responsables del proceso.
Quedan por concluir proyectos vitales como son el sistema de anillos fundacionales que forman parte del Casco Histórico, el proyecto del corredor patrimonial Las Enramadas ‒una de las calles principales‒ o el del Paseo Marítimo ‒lo que se conoce como Paseo La Alameda‒. También se hallan inconclusas obras como el Parque de Sueño, el Zoológico, el Parque de Diversiones, El Morro y el Paisaje Ecológico Cafetalero.
La directora Matos dijo que algunas de las obras se entregarán concluidas en julio y otras en diciembre, porque, de todas formas, “el marco del 500 [aniversario] para nosotros es del 1 de enero hasta el 31 de diciembre”. Pero parece que se está en una posición de desventaja con el tiempo.
Para Ricardo Morales, empleado de protección y seguridad de uno de los trabajos en ejecución, “se están haciendo muchas obras al mismo tiempo”.
El atraso e incumplimiento del Plan de entrega de áreas es evidente. El denominador común en las obras en ejecución es la falta de materiales. Al respecto, la arquitecta Odalis Quintana trata de explicarlo con que “los cronogramas no es que no se cumplan, sino que se aplazan, se van cambiando. Son miles de obras en toda la ciudad. Los materiales salen del mismo lado”. Y añade: “Nosotros nos preparamos, pero empezamos con muy pocas cosas porque casi no había materiales. La voluntad ha primado más que toda la disponibilidad de materiales”.
Una fuente que trabaja en el Conservador de la Ciudad, quien pidió no se revelara su identidad, declaró que “la inauguración de algunas obras debería ser el 24, 25 y 26 de Julio”, pero que “desde el inicio se sabía que no iban a estar para el 500 [aniversario de la ciudad]. Esa es una fecha simbólica”.
El tiempo apremia, y la calidad de las obras es una preocupación. Se observa imagen y colorido, pero por dentro las construcciones no avanzan lo suficiente.
La museóloga Berta Morales Guilates, trabajadora hace una década de la Maqueta de la Ciudad, refirió su experiencia en lo que a restauraciones asesoradas por el gobierno respecta: “Me tocó en un tiempo que se arreglaron la calle Enramadas y la calle San Francisco. Allí pintaron sobre pedazos de repello levantados que después se cayeron, y cuando pasaron tres aguaceros ya ni se notaba que se había pintado”.
Los habitantes de la ciudad tienen diversas opiniones sobre lo que acontece en Santiago de Cuba. Yoelvis Venzan, por ejemplo, tiene 28 años y trabaja como portero del restaurant Baturro. Este joven se queja de que las reparaciones en su ciudad sólo tengan lugar porque se trate de un aniversario. “Si no hubiera sido por esta fecha Santiago siguiera igual”, dice, antes de juzgar que “lo están haciendo todo muy apurado. Todo lo hacen muy mal. Todo es fachada, vivimos de fachada. No podemos dejar que se acabe de caer para hacerlo todo nuevo. Estamos engañados, pues si van a hacer algo que lo hagan bien hecho y no de parches, para no tener que venir al otro día a poner otro parche”.
Otros, de cualquier forma, ven con muy buenos ojos que a la ciudad se le ponga un poco de color, así sea sólo ocasionalmente. En la urbe que aún no se recupera del todo luego del paso del huracán Sandy, todavía queda esperanza de ver renacer la belleza que alguna vez se tuvo.