LAS TUNAS, Cuba. – “Una muerte por suicidio puede ocurrir en Puerto Padre si la burocracia de la Asamblea Municipal del llamado Poder Popular se antepone a la sentencia que deberá pronunciar un Tribunal de Revisión a instancia del Tribunal Supremo”, publicó CubaNet en noviembre de 2018.
Pues bien, no habrá sentencia de un Tribunal de Revisión. Un ulular de sirenas está por ocurrir.
Tras más de un año de espera, por pura casualidad, al preguntar por una abogada, no mediante debida notificación, la hija y el yerno de la sancionada Nelsa Lucía Rodríguez Ávila conocieron este 16 de agosto, a más de tres meses del pronunciamiento judicial, que el pasado 10 de mayo el presidente del Tribunal Supremo, Rubén Remigio Ferro, dictó el Auto No. 87 considerando que “no puede prosperar el procedimiento de revisión solicitado por Nelsa Lucía Rodríguez Ávila”.
Ahora es impredecible por lo que pueda optar Nelsa Lucía, una anciana de 70 años diagnosticada con “alto riesgo suicida”, a quien autoridades de la Vivienda, a instancias policiales, le han confiscado su casa y también la de su hija y su yerno, con el bar-restaurant La Cascada, sin posibilidad de apelación.
“¡Mátenme!”, suele gritar Nelsa Lucía.
Según certificación psiquiátrica, Nelsa Lucía se encuentra diagnosticada con “trastorno depresivo severo y alto riesgo suicida”.
Sancionada en un oscuro proceso por un delito de “proxenetismo y trata de personas” en junio de 2017, negando el procedimiento de revisión, el presidente del Tribunal Supremo dice:
“Habida cuenta que el presente caso fue del conocimiento de Germán Leyva González, jefe de sector de la Policía Nacional Revolucionaria de la localidad donde reside la sancionada”, este oficial “comprobó lo que acontecía y formuló la denuncia”, y tratándose de un delito perseguible de oficio, “no resultaba imprescindible otro requisito”.
“Personalmente, el día del juicio, el capitán Germán Leyva me dijo que había equivocado su declaración respecto a Nelsa Lucía, confundiendo el proceso con el de otro acusado, que rectificaría su testimonio de inmediato, dicho que reiteró en nuestra casa. Pero eso nos dijo a nosotros, y otra cosa aparece en la Sentencia 208, como una copia de la Sentencia 207, contra Jorge Luis Labrada Fernández; hay párrafos como si fuera cortando y pegando, de la de Jorge Luis, que fue primero, a la de Nelsa Lucía”, dice el yerno de la mujer y dueño del restaurant La Cascada, Nivardo Jacinto Hernández.
El presidente del Tribunal Supremo Rubén Remigio Ferro, desestimando el procedimiento de revisión también consideró en el Auto No. 87 que:
“La declaración de Germán Leyva González, jefe de sector de la Policía Nacional Revolucionaria de la localidad donde reside la sancionada, donde le atribuía hechos relacionados con el alquiler de una habitación para la práctica de la prostitución, se corroboró en el acto del juicio oral con la declaración de Niuris Almaguer, una de las que alquiló la habitación”.
Respecto a la declaración de Niuris Almaguer, que el presidente del Tribunal Supremo Rubén Remigio Ferro recoge en el Auto No. 87, Maite Rojas Batista, extrabajadora del restaurante La Cascada, apoyando la solicitud de revisión, testificó de puño y letra ante el Tribunal Supremo expresando:
“Instalamos una conversación casual, (antes de comenzar el juicio) y yo le preguntaba si estaban para un juicio, que de dónde era, y me contesta que de Chaparra adentro, de La Yaya, ahí fue cuando le pregunté el nombre porque sabíamos que había una muchacha de los testigos de la policía de allá, al decirme que se llamaba Niuris Almaguer, supe que estábamos enfrente de la misma, al yo decirle a Nelsa que ésta era una de las muchachas, enseguida (Nelsa) le pregunta: `¿Mija, de dónde tú me conoces?´, a lo que ella respondió agachando la cabeza y poniéndose pálida, pues era la primera vez que veía a la señora Nelsa, ya que nunca antes se habían visto, por tanto era una prueba de la injusticia que se estaba cometiendo; desde ese momento la muchacha se estaba desmayando, incluso tuvieron que sentarla porque de los nervios no se sostenía de pie ante el Tribunal, luego yo pensaba que como testigo de la defensa yo podía declarar lo sucedido, pero no fue así, ya que el Tribunal apenas me permitió responder las preguntas del abogado, fue como si no le interesara saber, o que la intención era perjudicar a la señora Nelsa, fue mi primera vez en participar en un juicio, y mi opinión es que lejos de esclarecer los hechos y de la justicia ser justa e imparcial, en este caso sólo se quería como resultado inculpar a la señora Nelsa”.
El presidente del Tribunal Supremo de Cuba, Rubén Remigio Ferro, desestimó el procedimiento de revisión solicitado por Nelsa Lucía Rodríguez Ávila, considerando que, “la declaración de Germán Leyva González”, jefe de sector de la policía, “le atribuía hechos relacionados con el alquiler de una habitación para la práctica de la prostitución”.
Pero el capitán Germán Leyva González, sostiene ante esta familia que él nunca tuvo conocimiento personal de ningún delito de proxenetismo cometido por Nelsa Lucía, que su denuncia se debió a un expediente conformado por el oficial operativo de Lacra, el que precisamente, fue expulsado de la institución policial por faltas en el servicio.
Y, nada menos que ocho testigos, vecinos de Nelsa Lucía, integrados a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y al Partido Comunista de Cuba (PCC), de puño y letra testificaron ante el Tribunal Supremo pues… “Yo doy fe que ninguna de las autoridades del municipio vino a investigar sobre la conducta de Nelsa y puedo asegurar que la misma tiene una conducta moral intachable. Que las personas extranjeras que visitaban la vivienda eran los que venían al paladar, (restaurante) propiedad de su hija y su yerno. Señor, que estas personas se comportan con mucha disciplina y orden”, testificó uno de los firmantes, sin que sus palabras fueran atendidas por el máximo juez Ferro.
Ahora no sólo Nelsa Lucía, diagnosticada con “alto riesgo suicida”, sino también su yerno, Nivardo Jacinto Hernández Cutiño, dice:
“¡Me mato antes de que me quiten lo mío!”
Repatriado desde Estados Unidos y agotados todos los ahorros traídos de ese país más 100 mil pesos dados a crédito por el banco cubano para la construcción de su casa y del bar-restaurant La Cascada, a partir de la ampliación y remodelación de la vivienda de su suegra, con la debida documentación legal, Hernández Cutiño y su esposa Zoila Aida Pla ya en agosto de 2017 establecieron una queja en la Fiscalía General de la República, en La Habana, sin recibir respuesta hasta el día de hoy.
Y, ahora, diciendo el juez Ferro “no puede prosperar el procedimiento de revisión”, demorado como si viniera a pie y descalzo, cual símbolo de la justicia en Cuba, llegó un auto del Tribunal Supremo, con salida No. 112, fechado el 13 de mayo y firmado “fraternalmente” por María Elena Elizagaray, secretaria del Grupo de Revisión Penal, dejando a esta familia cubana y al cubano-americano llegado de Estados Unidos en el más absoluto desamparo. Venid y ved, esto es Cuba.
Recibe la información de Cubanet en tu teléfono a través de Telegram o WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 498 0236 y suscríbete a nuestro Boletín dando click aquí.