SANTA CLARA.- Blanche es una filóloga y bibliotecaria con varias décadas de experiencia. La pasada semana, mientras se encontraba de licencia, la sala de lectura, los anaqueles y miles de libros del Centro de Documentación e Información Pedagógica de Sagua la Grande fueron desalojados por los inversionistas del Hotel Sagua, el proyecto turístico más notable de Villa Clara para la próxima Feria Internacional de Turismo Cuba 2018.
“Fue un desastre”, lamentó Blanche. “Es una pérdida irreparable, pues muchos especialistas coincidían en que la nuestra era la mejor colección pedagógica de la provincia”.
El local acogerá una instalación de servicios extrahoteleros, aunque la función exacta no ha sido declarada.
Sagua la Grande, en el centro de Cuba y a medio camino entre los balnearios de Varadero y Cayo Santa María, será el destino turístico más joven del país, según declaraciones de representantes del ramo.
Las obras de rehabilitación, iniciadas el pasado año, se retrasaron por causa del huracán Irma en un centro histórico que sobrevive con una imagen muy deteriorada tras de su declaración como Monumento Nacional en 2011.
“Ahora van a la carrera”, comenta una joven que aspira a trabajar en las instalaciones remozadas. “No dudo que, si inauguran en mayo como quiere el ministro, para junio ya tengan que cerrar los hoteles y empezar a reparar”.
Del 2 al 6 de mayo se celebrará la feria turística que ya anuncia a Sagua la Grande como “una ciudad en desarrollo”.
Mientras tanto, la terminación de las obras atrasadas se declaró meta política por el Partido Comunista de Cuba en Villa Clara, con el pretexto de conmemorar el 9 abril de 1958, cuando la ciudad se levantó contra Batista en huelga general.
En medio del aparente consenso ante la inserción en los circuitos turísticos, el proyecto adelanta con algunas paradojas. Entre las más notables sobresale la gestión de servicios e instalaciones educacionales.
“Una funcionaria de Educación dijo que salvarían unos pocos libros por razones simbólicas”, refiere Blanche sobre el contexto que ocasionó la destrucción de la biblioteca pedagógica. “Trasladaron lo que quedó a un centro en las afueras de la ciudad. ¿Quién irá tan lejos a investigar o simplemente a leer?”
Pocas semanas antes del desalojo, los inversionistas ubicaron un almacén en el antiguo seminternado de primaria José Fuertes Jiménez, una de las mayores escuelas del centro histórico, desocupada por deterioro hace varios años. Este almacén deberá garantizar “la llegada en tiempo de los materiales”, según Radio Sagua.
La mayoría de las escuelas de Sagua la Grande se encuentran en mal estado constructivo. Algunas, incluso, han sido cerradas en los últimos años, como la propia José Fuertes; con consecuencias negativas como el hacinamiento de los centros obligados a aceptar los estudiantes sin aula.
En la vecindad de las construcciones turísticas, por ejemplo, los alumnos de la primaria José de la Luz y Caballero van a clases en los salones del círculo social obrero Vicente Correa después del cierre del local principal de la escuela, ubicado en una casa afectada por el huracán Irma.
A principios de febrero, Victoria Colamarco, coordinadora de programas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), elogió la recuperación de escuelas dañadas en Villa Clara y Sancti Spíritus.
Por esas fechas, Odalys Rodríguez, de la comitiva de Colamarco, se entrevistó con Aurora González, presidenta del Gobierno en Sagua la Grande, e informó que el territorio recibió más de un centenar de mantas impermeabilizantes para techos y poco más de una docena de juegos de parchís, según informó Radio Sagua.
De las ocho escuelas que se reparan al mismo tiempo que los hoteles, al menos dos no pudieron abrir por deterioro abrir a comienzos del año lectivo, un mes antes del huracán Irma.
“No dudo que pagaremos un precio alto como sociedad por esta indolencia y tantas malas decisiones con respecto a la educación”, concluyó Blanche.