LA HABANA, Cuba.- No se han apagado totalmente los ecos de la pobre actuación cubana en las olimpiadas de Río de Janeiro, y ya otra preocupación se interpone ante los directivos del deporte en la isla y los periodistas que atienden ese sector.
Se trata de la escasa asistencia de público a los juegos de la actual Serie Nacional de béisbol. Dicha preocupación se refleja en el artículo “El estadio”, de la autoría de Oscar Sánchez Serra, y aparecido en la edición del 8 de septiembre del periódico Granma.
Son varios los factores que inciden en semejante apatía por parte de los aficionados. En primer término habría que mencionar que buena parte de los equipos no cuentan con sus peloteros estelares, algunos por estar contratados en las ligas canadiense e italiana —en ambas con el aval de las autoridades cubanas—, y otros que decidieron “desertar” de la isla para probar suerte en las Grandes Ligas de Estados Unidos.
Por otra parte, un torneo con 16 equipos parece muy concurrido para un béisbol que ha perdido calidad. La mayoría de los especialistas coinciden en que una reducción de equipos redundaría en un evento de mayor nivel, y en consecuencia más atractivo para los aficionados.
Pero existe otro elemento que les impide a muchos aficionados asistir a los estadios, y que el señor Sánchez Serra no ha podido ignorar: la celebración de todos los juegos en el horario diurno, una práctica que hasta ahora —quizás con la única excepción de los tiempos duros del período especial— solo se materializaba los fines de semana.
Por supuesto que el motivo de ese ajuste en los horarios es la menor disponibilidad de petróleo con que cuenta el país a raíz de los problemas que afronta la economía venezolana, y que ha obligado al General-Presidente a solicitar con desesperación que algunos de sus aliados, entre ellos Argelia y Rusia, le lancen un salvavidas petrolero que impida el colapso de su economía.
El señor Sánchez Serra, al parecer, no desea —o no puede— abordar el tema en toda su magnitud y opta por cierta dosis de optimismo. Considera que en la segunda fase de la Serie Nacional, con menos juegos diarios, la situación pudiera cambiar. Al respecto escribe: “Creo que para la próxima manga, donde solo se involucrarán tres estadios y no ocho, podría hacerse un intento por jugar de noche”.
Sin embargo, acontecimientos recientes podrían desvanecer las ilusiones del articulista de Granma. La página cultural de la edición de ese diario a que hacemos referencia anuncia nuevos horarios para los cines habaneros. Los cines Chaplin, Riviera, Tulipán, Bellavista y el multicine Infanta solo ofrecerán funciones de jueves a domingo, mientras que el Yara y La Rampa cerrarán “por reparaciones”. No se precisa ser demasiado perspicaz para vincular esas reducciones cinematográficas con la menor capacidad de generación eléctrica que posee el país.
Las autoridades insisten en que actualmente no hay apagones programados, y que el fluido eléctrico falta únicamente en caso de roturas. Mas, las personas que circulan en horario nocturno han notado que una noche se apaga un barrio de Marianao, al día siguiente Cayo Hueso en Centro Habana, después algún lugar del Cerro, y así sucesivamente. ¡Qué casualidad que hay tantas roturas!…
Cualquier cosa con tal de no contradecir al General-Presidente, quien ha expresado que no habrá un período especial como en los años 90.